En Sanlúcar a cada paso hay un lugar donde deleitarse con su gastronomía. Este municipio costero que alcanzó la distinción de Capital Gastronómica en 2022 esconde multitud de opciones para darse un buen homenaje. Para todos los paladares, para quienes prefieren un arroz marinero o para quienes optan por unos niguiris. Estas son algunas propuestas donde disfrutar de sus sabores.
1. Daiba
Una velada sin carta donde los comensales solo tienen que dejarse llevar. Es lo que proponen el cocinero José Manuel Ávila y el sumiller David Algarro desde Daiba, una de las barras omakase pioneras en la provincia de Cádiz. El chef se sumergió en la hostelería tras estar trabajando como buzo profesional y sintió un flechazo por la comida japonesa. En 2023 inauguró este restaurante donde revela los secretos de la elaboración. En su propuesta, algunas piezas incluso pasan por una barbacoa japonesa. Defiende productos de temporada y ecológicos, y usa algas en los fogones. Las estrellas de la casa, los niguiris, que se suman a un chicharrón de atún con migas tradicionales o Nasu Miso, es decir, berenjena con miso rojo.
2. Bar restaurante La Campana (Bonanza)
José Arocha Bernal abrió hace 78 años este establecimiento que se ha convertido en un clásico de la cocina marinera de Sanlúcar. Fue en 1947 cuando apostó por este rincón en el número 69 de la calle Puerto Barrameda. Un lugar muy querido en el barrio de Bonanza que lleva casi un siglo sirviendo tapas y raciones de pescado. Los guisos marineros son la estrella de esta casa donde no faltan los pescados fritos y a la plancha. Acedías y chocos conviven con cazuelas de rape con tagarninas. Todo ello, elaborado detrás de una barra que tantas conversaciones entre pescadores ha presenciado por su cercanía a la lonja. Su materia prima está seleccionada con atención, motivo por el que presume de un Solete Repsol.
3. Taberna El Loli
En el barrio alto de Sanlúcar se divisa un establecimiento donde manda la tradición. La Taberna El Loli rinde homenaje en sus fogones a la auténtica cocina sanluqueña con recetas que combinan lo clásico con lo moderno. Manolo Torres Camacho y su mujer Mari Palomeque Cordero fundaron en 1987 este restaurante familiar donde reinan las coquinas de fango, uno de los platos estrella. El arroz marinero al horno, el marrajo a la plancha con salsa verde o el solomillo de cerdo lideran la carta de este local que rescata productos del olvido. La familia también elabora postres caseros como el bizcocho de dátil o la tarta de plátano. Además, es de las que sigue usando la pizarra para indicar las opciones fuera de carta.
4. Bota Punta Taberna Canalla
Una fusión de cocina tradicional con toques contemporáneos es la apuesta del chef Santiago González en el número 7 de la calle Banda playa. Desde lo que llama una “taberna actualizada”, trabaja con productos de kilómetro cero para crear platos creativos. Como depende de productos frescos del mar y la huerta, su carta cambia a la semana en función de la materia prima que encuentre en el mercado. Un pan brioche tostado con gambón frito y salsa kimchi o unos tallarines de choco a la carbonara ibérica con champiñón laminado reposan en las mesas de este establecimiento que enriquece la base tradicional con ingredientes del mundo, “a lo Magallanes”.
5. Hangar Costa Vintage
Un Cadillac o un surtidor de una gasolinera Indian de 1940. En este lugar original, que parece una tienda de antigüedades, es posible comer y explorar. Este restaurante-museo de la cultura pop es obra de José Vicente y Jimena. El número 3 de la calle Algarrobo está repleto de objetos históricos de colección de la cultura pop y rock. Un espacio temático donde sumergirse en la cultura de las últimas décadas mientras se degustan cócteles, carnes, hamburguesas o nachos. Más allá de comer hasta siete variedades de costillas maceradas y hechas a fuego lento, el restaurante ofrece una experiencia, escuchar a los clásicos del pop o el rock y dejarse llevar por la nostalgia.
6. La Lobera
La familia Hidalgo Prats está al mando de este restaurante con influencias internacionales que se ubica en la Avenida del Cerro Falón. La Lobera fusiona desde 2013 la cocina local con toques del mundo. En su coqueto salón o en su terraza climatizada se degustan creaciones con ingredientes frescos que componen una amplia carta. Su punto fuerte es la oferta asiática, que se suma a los platos tradicionales. En sus mesas se sirven guisos caseros, fritos, hamburguesas, pinchos morunos o revueltos con puerros y jamón. Pero, junto a las papas aliñas y el rabo de toro se pueden encontrar una ensalada de poke, sushi o tartar de atún. El equipo suele utilizar a técnica de flameado para realzar los sabores.
7. Casa Balbino
No se puede hacer una lista de lugares donde comer en Sanlúcar sin recurrir a los clásicos. La Santísima Trinidad sanluqueña pasa por Casa Bigote, Barbiana y Casa Balbino. Centrándonos en este último, es obligatorio degustar sus famosas tortillitas de camarones, pero también sus langostinos, el salmorejo o sus berenjenas rellenas de carne. Situada en la Plaza del Cabildo, Casa Balbino ha dado de comer durante su larga vida —pasa de los 80 años de historia— a numerosas personalidades, desde Rocío Jurado a Camarón o Steven Spielberg. Y también a innumerables lugareños y visitantes, que no se resisten a sus exquisiteces. Balbino lo gestiona ahora la tercera generación de una saga familiar hostelera que mantiene la esencia de sus lejanos orígenes.
8. Taberna Der Guerrita
Este rincón gastronómico es uno de los secretos mejor guardados de Sanlúcar. Inaugurada en 1978, la Taberna Der Guerrita mantiene sus raíces mientras avanza con los tiempos. Ubicada en el Barrio Bajo y creada por Manuel Guerra, hoy su hijo Armando dirige el establecimiento, infundiéndole un toque renovado. Aquí se disfruta tanto de la comida como de excelentes vinos, gracias a su enoteca y sala de catas. Es un punto de reunión para clientes habituales y para quienes desean vivir una experiencia genuina y llena de autenticidad.
9. Casa Bigote
Casa Bigote es un icono de la cocina marinera en Bajo de Guía, conservando su esencia tras tres generaciones. Con su Bib Gourmand de Michelin, equilibra tradición y calidad tanto en sus platos como en su servicio. Reconocido internacionalmente, no es casualidad. El local presenta dos espacios: un restaurante clásico y una taberna más informal para tapear. Sus langostinos, con vistas a Doñana y el río, merecerían ser patrimonio de la humanidad. "Cuando hablamos del langostino, nos referimos al auténtico de Sanlúcar", afirma Fernando Hermoso. Un santuario gastronómico que no puede faltar en la lista.
10. Avante Claro
Con más de tres décadas de historia, Avante Claro se ubica en un enclave privilegiado, en pleno Bajo de Guía, cerca de la desembocadura del Guadalquivir. Lo que comenzó como una tasca para pescadores hoy es un referente culinario que apuesta por una "cocina tradicional innovadora", explorando nuevos sabores. Así lo explica Ángel Rodríguez, su gerente y artífice de su variada propuesta. La hamburguesa de choco con pan frito y patatas gajo o la caña de hojaldre rellena de raya a la naranja son solo dos ejemplos de su carta, que no deja a nadie indiferente.