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Se puede decir sin ninguna duda que la Inquisición actuó en Jerez desde el año 1481.

Andalucía se ha estudiado con la intención de hacer un relato único y reduccionista desde el nacionalcatolicismo, con la eliminación del influjo morisco, sefardí o sufí. Se ha enseñado desde una sola religión, lengua y poder. Nos encontramos ante una “mutilación” del pasado y la necesidad de reconstruir la memoria con un rastro de huellas “apabullante”. “Es un proceso donde una cultura y una fuerza política que tiene una cierta supremacía intenta dominar otros pueblos y descaracterizarlos, obligarlos a disfrazarse en sus identidades, cambiar de nombres, mantener las puertas abiertas para que la Inquisición pueda mirar todo lo que pasa en la casa. O sea, asistimos realmente a un proceso de colonización”. Se puede decir sin ninguna duda que la Inquisición actuó en Jerez desde el año 1481. La confiscación y aplicación al fisco regio de todos los bienes que poseyesen los condenados a partir de 1479, fecha de la bula de instauración de la Inquisición, daría lugar en Jerez a las numerosas quejas que se mencionan en las actas capitulares, pues afectaba a todos los bienes que el condenado por herejía hubiese enajenado a partir de dicha fecha, y significaba su pérdida por parte de sus poseedores.

Son tratables las certezas académicas en donde añaden una represión religiosa, política, social y cultural desde un “norte de reinos sin ciudades hacia un sur de ciudades sin reinos”. “Traen a extranjeros, belgas, franceses o alemanes y se les entregan las tierras para que las ocupen condenando a los que estaban ya aquí a ser nadie”. Felipe V se considera español siendo francés y en cambio se niega la españolidad a Abderramán III “que es hispano de los pies a la cabeza”.

Marc Sala nos dice que cuando los moros invadieron la península y empezaron a conquistar territorio, con ellos trajeron ciencia e higiene. Sus fuentes, piscinas y baños y sus costumbres sanitarias chocaron frontalmente con la fe cristiana. Es por eso que se extendió la creencia de que no había que bañarse si se era cristiano y que la suciedad era virtud. Es más, se llegó al punto de que si se podía pasar un año entero con la misma ropa sin habérsela quitado nunca se llegaría obtendría el “olor de santidad”. Era tal la aversión al agua que el propio Cardenal Cisneros, aconsejó a los Reyes Católicos que cerrasen y prohibieran los baños moros en Granada después de su reconquista. “El único agua que tocarán los moros será el agua bendita” se cree que llegó a decir. En la Inquisición, la purificación se alcanzaba a través del fuego.

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Eduardo Arboleda Ballén

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