Iván Dorado es artífice joyero pero en sus ratos libres reconoce ser un auténtico manitas. Es lo que le ha llevado a ser, en esta ocasión, el artesano de un artilugio que por su función salvavidas también puede ser catalogado de joya: una sistema de barras articuladas adaptables a cualquier tipo de persiana para evitar que niños o mascotas se precipiten al vacío desde una ventana.

Este novedoso sistema de seguridad nace de un susto doméstico. "Una mañana estaba jugando con mi hijo, tenía que darle el biberón y fui a la cocina un momento. Estaba calentando la leche en el microondas y cuando volví él se buscó las mañas para subir del suelo a la cama y de la cama ya estaba buscando la hoja de la ventana", narra el inventor a lavozdelsur.es. Su pequeño ya estaba corriendo la hoja de derecha a izquierda. "El ruido fue lo que me alertó. Es cuando pensé que había que buscar una solución".

Para Iván, como para muchos otros padres y madres, la tradicional reja fija no era una alternativa. "A mi mujer y a mí nos daba claustrofobia y además las comunidades de vecinos siempre ponen pegas", señala. Es por ello que utilizó el ingenio que le caracteriza en su vida cotidiana para hacer un sistema de barras extensibles anexo a la persiana que reconoce que era mucho más precario que el diseño actual, perfeccionado tras meses de duro trabajo en ingeniería. Desde aquel momento fue un no parar. Amigos, familiares y conocidos le animaron a comercializar un invento del que se hacían eco. "Es cuando empieza a sonar en tu cabeza que puede tener salida comercial y dices: ¡Lánzate!". Y así lo hizo, acompañado de un equipo técnico.

El proyecto, cuya patente ya está registrada en España, es hoy una realidad y se prevé que los primeros pedidos lleguen a sus compradores a finales de marzo o a principios de abril. Debido a la financiación y a la necesidad de un número de pedidos mínimos para fabricar en serie, el sevillano publicó Secupeke en un conocido portal de crowfunding, realizando la preventa de su primera tirada y dando como resultado un valor añadido al producto. "Aunque hemos hecho sondeos y estudios de mercado, ha sido el primer cara a cara con el consumidor, nos ha ayudado el feedback, cuáles son las necesidades, tanto para desarrollar el manual de montaje como para las medidas a introducir", cuenta a este medio.  El éxito de la idea lo de muestra su buena acogida entre la opinión pública. "Tenemos el hándicap de que es algo que mucha gente tiene la necesidad pero no sabe que existe", dice.

El equipo de 'Secupeke'

Ni taladros, ni agujeros en la pared ni problemas estéticos con la comunidad de vecinos. "Es válido en un piso de alquiler, y se desmonta en apenas 30 segundos". El producto, que viene en un pack estrecho tiene un concepto parecido a las vallas que se ponen en las camas de los niños. "Atornillas abajo y en la persiana pones los topes. Las medidas son universales, adaptadas a través de espiral". Además de garantizar la seguridad de los niños, estas barras son válidas para mascotas, si bien en una segunda fase lo adaptarán para todo tipo de gatos. "Le añadiremos una red para cubrir esos huecos que en los gatos más escurridizos son salvables". ¿Difícil de instalar? "Hasta el más manazas podría", ríe su inventor. Una idea que ya cosecha varios premios nacionales y que pretende llegar a los hogares españoles (y de todo el mundo) para quedarse con total seguridad.

Sobre el autor:

Sebastián Chilla.

Sebastián Chilla

Jerez, 1992. Graduado en Historia por la Universidad de Sevilla. Máster de Profesorado en la Universidad de Granada. Periodista. Cuento historias y junto letras en lavozdelsur.es desde 2015. 

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