La Inteligencia Artificial (IA) se ha convertido en una parte integral de cómo las ciudades, las empresas y los hogares monitorean la seguridad. Sin embargo, con el rápido crecimiento de las cámaras impulsadas por IA, particularmente aquellas equipadas con reconocimiento facial y otras características intrusivas, las preocupaciones sobre la privacidad y las libertades civiles se han intensificado. Para abordar estos problemas, la Unión Europea introdujo la primera ley integral de IA del mundo, la Ley de IA, que ahora ha comenzado a impactar cómo se utiliza la IA y la tecnología de vigilancia en los países miembros, incluida España.
¿Qué está cambiando con las nuevas normas?
La Ley de IA clasifica los sistemas de IA según el nivel de riesgo que representan, que va desde mínimo hasta inaceptable. Para las cámaras con IA, esta clasificación tiene un impacto significativo en lo que está permitido.
Las aplicaciones de IA de alto riesgo, como las utilizadas en seguridad pública, transporte u aplicación de la ley, deben someterse a rigurosas evaluaciones antes de su implementación. Por el contrario, las aplicaciones consideradas de riesgos inaceptables o altos, como la vigilancia biométrica generalizada para la puntuación social o el reconocimiento facial masivo sin controles estrictos, ahora están en gran medida prohibidas.
Para España, estas nuevas regulaciones significan que muchos usos tradicionales de las cámaras de vigilancia todavía están permitidos, pero bajo restricciones más estrictas.
Siempre que cumplan con las regulaciones de privacidad y sean transparentes sobre su uso, las cámaras utilizadas para el monitoreo de tráfico, la captura de matrículas o fines de seguridad pública están permitidas. Sin embargo, a menos que estén expresamente autorizadas y justificadas, las cámaras que utilizan identificación biométrica o tecnología de reconocimiento facial — que podrían monitorear a las personas sin su consentimiento — ahora están limitadas o prohibidas.
¿Qué está ahora permitido?
De manera similar, las configuraciones de seguridad que ayudan a prevenir robos o gestionar la seguridad en el lugar de trabajo siguen siendo legales si siguen las normas de protección de datos y evitan la monitorización intrusiva. Por ejemplo, las cámaras CCTV que graban video con fines de seguridad siguen permitidas en plazas de ciudades y centros comerciales. Sirven para prevenir robos, vandalismo o gestionar el control de multitudes, pero no pueden perfilar o identificar individuos sin las salvaguardias adecuadas.
Las cámaras inteligentes instaladas en hogares también entran dentro de esta categoría, permitiendo a los residentes vigilar su propiedad mientras consideran la privacidad. Las soluciones de vigilancia simples que no cuentan con capacidades biométricas se consideran seguras y lícitas.
¿Qué está prohibido?
La restricción significativa se aplica al reconocimiento facial y la identificación biométrica. El uso de cámaras que pueden reconocer e identificar individuos en tiempo real — como las utilizadas en calles públicas o tiendas con la intención de rastrear o perfilar a los transeúntes — ahora está principalmente prohibido en España. Esta restricción tiene como objetivo prevenir prácticas de vigilancia masiva que podrían infringir la privacidad personal y las libertades civiles.
Si bien pueden existir algunas excepciones — por ejemplo, en casos de investigación de delitos graves — requieren autorización estricta y transparencia. Para los residentes comunes, esto significa que a tu centro comercial o calle local no se le permitirá utilizar cámaras de reconocimiento facial para rastrear tus movimientos sin una aprobación legal explícita.
¿Cómo afecta esto a la gente común y a las empresas?
Para los residentes, estas nuevas regulaciones significan una mayor protección de la privacidad. Las cámaras de vigilancia aún pueden ayudar a asegurar tu hogar o monitorear tu vecindario, pero las tecnologías de reconocimiento invasivas están prohibidas. Puedes confiar en que tus derechos de privacidad están siendo protegidos.
Las empresas, como tiendas y oficinas, pueden seguir utilizando cámaras CCTV para disuadir robos o monitorear al personal, pero deben evitar métodos biométricos invasivos a menos que estén legalmente justificados. Las grandes tiendas minoristas, por ejemplo, pueden usar cámaras para monitorear comportamientos sospechosos, pero no pueden implementar sistemas de reconocimiento facial para perfilar clientes.
Ejemplos de prácticas de vigilancia legales en España:
- Cámaras urbanas: Monitorear el flujo de tráfico, prevenir el vandalismo o gestionar multitudes, con avisos claros sobre la vigilancia.
- Tiendas: Instalar cámaras para la prevención de robos y seguridad, evitando el reconocimiento facial o el rastreo biométrico.
- Oficinas: Utilizar CCTV para supervisar el acceso y garantizar la seguridad, con datos manejados de manera responsable.
- Hogares: Usar cámaras de seguridad para protección personal respetando las leyes de privacidad.
El futuro de la vigilancia en España
La Ley de IA tiene como objetivo promover un desarrollo de la IA seguro y transparente, al tiempo que previene abusos. Las cámaras con capacidades de IA seguirán utilizándose, pero las normas estrictas limitan sus funciones a funciones no invasivas a menos que se otorgue una aprobación especial.
Este enfoque logra un equilibrio entre la necesidad de seguridad y el derecho fundamental a la privacidad. La tecnología de vigilancia inteligente — como las cámaras CCTV — puede ayudar a las ciudades y empresas a mantenerse seguras, pero solo cuando se usa de manera responsable y ética.
Reflexiones finales
Las nuevas normas de España sobre cámaras con IA están diseñadas para proteger los derechos de las personas sin comprometer la seguridad. Los residentes pueden seguir disfrutando de entornos seguros con la tranquilidad de que las técnicas de rastreo invasivas ahora están en gran medida restringidas. Es una oportunidad para que las empresas y los gobiernos locales implementen medidas de seguridad más inteligentes y consideradas que protejan la privacidad mientras mantienen la seguridad.


