José Augusto Navarro, propietario de la tienda Player Vs. Player, narra cómo logró financiar su negocio en 1998 al intercambiar cartas Magic en diferentes puntos del mundo y explica la evolución de la oferta de productos de su comercio.

Voy a abrir una tienda, se dijo a sí mismo. ¿Qué necesito?, se preguntó instantes después. Un préstamo. "Necesitaba un préstamo. Pero ni los bancos me iban a dar un préstamo a mí, ni yo lo iba a pedir", responde ahora José Augusto Navarro (Jerez, 1965), casi 20 años después de erigir en su tierra la primera tienda hobby games de la provincia. Como él mismo explica, no tuvo más remedio que inventarse un plan, una estrategia para reunir el dinero necesario y montar aquello que tanta ilusión le hacía. "Necesitaba el dinero para irme a Estados Unidos", incide. Por ello, en 1998 cogió tres millones de pesetas y se marchó a Ohio (Estados Unidos) para visitar el Origins Game Fair, la convención de juegos más grande del mundo. "Allí todos los fabricantes presentan sus juegos y fui para aprender por dónde iba un poco la historia", recuerda. "Y lo que hice fue gastarme un millón de pesetas en cartas Magic que eran imposibles de conseguir en España", enlaza.

Por aquel entonces, las Magic estaban en boca de todos y en manos de nadie. "Había comunidades de jugadores que no paraban de hablar de ellas. Es un juego que tiene unos 25 años, pero esas cartas no existían en España". En América, Augusto se encargó de hacer contactos para conseguirlas regularmente desde Portugal, incluso habló con Richard Garfield, el creador de este juego, y logró que le firmara tres ejemplares. "Antes podías acceder a este hombre, algo que ahora es totalmente impensable". Gracias a esta conexión, Augusto fue la primera persona que abrió el canal entre España y EEUU. "Nadie se había planteado vender la edición americana y menos ir allí a buscarlas". 

"Lo que hice fue gastarme un millón de pesetas en cartas Magic que eran imposibles de conseguir en España"

Una vez terminada su estancia en Ohio, voló a Francia, donde las cartas que compró las intercambió por otras que en España eran aún más valiosas. Más tarde hizo exactamente lo mismo en Barcelona. Y así hasta volver a Jerez. Toda una odisea para conseguir financiación y mercancía para así poder abrir su primera tienda, Unlimited, en ese mismo año, en 1998. "En aquella época esto era una oportunidad muy buena de negocio. Ahora internet ha cambiado todo. A finales del siglo XX esto no lo hacía nadie".

A José Augusto la afición a los juegos de tablero le viene desde muy pequeño. Se crió en la barriada jerezana de Santo Tomás de Aquino, pero con tan solo diez años su tío lo llevaba a la base naval americana de Rota. Mientras en su barrio jugaban a la lima y al fútbol, él se divertía en Rota con su primo jugando a Dragones y Mazmorras y a una de las primeras ediciones del Monopoly. "Eran juegos que en España todavía no se conocían", aclara. Esa experiencia le marcó y es por ello que continuó jugando mientras cursaba la carrera de Filología Anglogermánica e Inglesa en la Universidad de Cádiz. Narra que es a partir de los 18 años cuando aprovecha cada verano para trabajar en una granja, en Inglaterra, y así reforzar el idioma. En sus viajes, se daba largos paseos por las universidades y observaba con detenimiento las diferentes tiendas de juegos que en España aún no existían. Rota le abrió un mundo en el que lleva inmerso desde hace más 40 años. "En Cádiz había tiendas de cómics, pero no había nada de juegos de cartas, de rol o de mesa". Gracias a esta ciudad gaditana y a su pasión por la lengua inglesa, la idea de abrir una tienda fue germinando en su cabeza. No obstante, también confiesa que vio una clara oportunidad de negocio y que apostó fuerte por ella. 

Augusto abrió su tienda Unlimited en calle Manuel Yélamo Crespillo. De ahí pasó a Madre de Dios, luego a Divina Pastora, Pío XII y por último, a calle Medina, donde hoy se encuentra bajo el nombre de Player Vs. Player —conocido popularmente como PvP—. Para él estar cerca del centro y de la estación de trenes era vital para su público joven que llega desde toda la provincia. Y además, hace cuatro años estrenó sede en Cádiz en la calle José del Toro. Igual que ha ido trasladando su tienda, también ha ido evolucionando su oferta. En los inicios, vendía cartas Magic, juegos de miniatura, de rol y cómic americano, europeo y japonés. Pero hoy la mitad de la tienda está poblada de juegos de mesa y merchandising de las series y películas de moda.

Mientras en su barrio jugaban a la lima y al fútbol, él se divertía en Rota con su primo jugando a 'Dragones y Mazmorras'

El concepto de las hobby games ha ido cambiando con el tiempo. Hace dos décadas estas tiendas eran visitadas por "gente un poco paria". "Fuera de España a esta tribu urbana se la conocía como geek, que no es lo mismo que friki. Mientras el geek es una persona que sabe mucho sobre algo, aquí le decimos friki a alguien de manera despectiva", expone. Pero Augusto asegura que ahora "esto ha dejado de ser un agujero friki". Cuenta que todo ha sido gracias al sistema que ha movido una ola enorme para aumentar el porcentaje de mercado que va a por la moda del merchandising de Juego de Tronos, Walking Dead...

"Se está dando la vuelta probablemente por vender más, porque esto mueve muchos millones". En la actualidad muchos son los clientes que entran en PvP para hacer regalos. Muchos padres acuden para llevarse algún juego de mesa para divertirse en familia y así alejarse de toda la vorágine digital, incluso hay algún que otro abuelo que entra para conocer las aficiones de su nieto. "Somos una tienda que apuesta por sociabilizar en vez de individualizar", finaliza.

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Claudia González Romero

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