alfombra_de_cuerdas
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Nieves Rodríguez y Lisi Ortiz son dos jóvenes jerezanos que han decidido emprender gracias al proyecto La cuerda floja, una firma de objetos de decoración hechos 100% a mano. 

Desde que Nieves Rodríguez le pidió ayuda con la mudanza a su amigo Lisi Ortiz, las cuerdas se han convertido en las protagonistas de sus siguientes quedadas. Ella, que actualmente reside en el centro, trabaja como técnico de farmacia. Él, de la zona de La Cartuja, es peluquero en un comercio de la ciudad. Pero ambos, de 30 años de edad y que se conocen desde que tenían 13, hace un mes que decidieron emprender una firma de objetos de decoración artesanales hechos —en un principio— a base de cuerdas. "Cuando nos juntamos siempre sale algo", expresa Nieves. "Siempre va a salir algo. Ella dice: Ahora quiero… Y al final tiene la casa de esparto", enlaza Lisi entre carcajadas.

Su proyecto, La cuerda floja —así fue cómo lo bautizaron—, surgió durante la celebración del último cumpleaños de Nieves. A los dos les gusta la decoración y las manualidades y en cuanto empezaron a ornamentar el nuevo piso de Nieves, esta se encaprichó con un espejo de cuerdas. Lo vio anteriormente en un vídeo o en alguna tienda, y Lisi no dudó en ayudarla. Después de terminar el primero, hicieron un segundo espejo de cuerda y conchas para la casa de la playa de Lisi. Al principio era una cosa entre amigos. No habían conformado el proyecto: La cuerda floja. Pero confiesan que se lanzaron poco después, cuando consiguieron hacer una lámpara solo con cuerdas. "Hemos sido capaces de ir haciendo todo lo que hemos querido. Y eso nos animó, nos alentó a seguir adelante", destaca Lisi. 

Ambos disfrutan trabajando juntos: "Nos lo pasamos bien, ni discutimos ni nada. Lo hacemos profesional y divertido y a cada objeto decorativo le vamos a poner nuestro toquecito, va a tener un poco de ambos". Resaltan que no son artistas, pero sí artesanos. Y también se declaran autodidactas porque su formación académica no ha tenido relación alguna con la ornamentación ni con las manualidades. Pero hasta el momento han hecho espejos y lámparas con cuerda, alfombras con cuerdas, cajas, toalleros, maceteros y portavelas con cuerdas... Fieles a ese material que les define, porque dicen que es un tejido que vale para interior y exterior, que hay más suaves o más rígidas y que da mucho juego porque se pueden pintar, barnizar... Pero tampoco descartan empezar a experimentar con otro material. "Estamos descubriendo y queremos empezar a usar otro tipo de materiales más finos para que se puedan acoplar mejor a una base. No queremos limitarnos solo a la cuerda, sino a la demanda que haya", comparte Lisi. Hace apenas un mes que nació el proyecto y ya tienen varios encargos entre manos. "Nuestra intención es vender por Wallapop, pero si esto va para adelante, quizá podamos llegar a montar una tienda física", expone Nieves. "Los dos tenemos experiencia de trato con el público", añade su amigo y compañero de negocio.

La cuerda floja tiene un estilo natural, de línea sencilla y orgánico. Y por otro lado, el refrán que representa su firma también les caracteriza. "Yo he dado muchas volteretas en el trabajo, con contratos de poca duración, y él ha estado fuera buscándose la vida en Londres y luego estuvo más de un año en paro. Apenas hemos tenido estabilidad laboral", explica Nieves. A día de hoy tienen un puesto de trabajo estable, pero en sus ratos libres se reúnen para dar rienda suelta a su creatividad, hasta el momento, acompañados de cuerdas. Y es que "si no nos gustara lo que hacemos no hubiéramos empezado", sonríe Lisi. 

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Claudia González Romero

Periodista.

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