“Tenía 23 años, era un inconsciente y me metí en un alquiler de 130.000 pesetas de la época, cuando entonces se ganaban 30.000 pesetas al mes”, recuerda Salvador Ruiz Tejada, fundador de Ferretería Xerez. De aquello hace ya 35 años y la empresa, desde entonces, no ha dejado de renovarse y de crecer. “Los dos primeros años lo pasamos muy mal”, rememora, pero luego los sueldos empezaron a subir. “En cinco años estaban en 45.000 pesetas”, dice Salvador, que recuerda perfectamente la fecha de inauguración de su primera tienda: 5 de mayo de 1982. Ese día comenzó, a su vez, la andadura del centro comercial Merca80 San Benito. “En aquel momento era el único de la ciudad y fue un pelotazo”, dice.
El origen de la empresa hay que encontrarlo en Guadalcacín, de donde es originario su fundador, y muchos de sus trabajadores, algo que “no es premeditado”, asegura Ruiz Tejada: “Lo del currículum es algo moderno". Eso sí, señala: “Esto te tiene que gustar, es una profesión muy dura”. Y en la que no para de aprender día a día. Este “apasionado” de la ferretería, que ya anteriormente había trabajado en el sector, quiere ahora ceder el testigo a sus hijas después de más de tres décadas liderando un proyecto que, poco a poco, ha ido abriendo nuevos establecimientos y abarcando nuevos mercados. "Llevamos dos años asociados con un almacén logístico de Alemania que nos provee de un catálogo industrial de más de 35.000 referencias, EDE, siendo los únicos en Andalucía; contamos con la certificación aeroespacial —que les permite suministrar a empresas del sector—; y además tenemos presencia en Cádiz, Sevilla, Málaga, Huelva y Ceuta”, cuenta Pilar Ruiz, la pequeña de las tres hermanas.
Ferretería Xerez es una empresa muy familiar. Además de Salvador, que ahora ha dado un paso al lado —“aunque no trabajo de forma anónima, pero con mis hijas la empresa ha tomado otro color, me siento más apoyado”, explica—, en la firma están como empleadas la familia al completo, padre madre e hijas. “Muchos trabajadores están desde los inicios, este hombre que ha estado ahora aquí estuvo en mi comunión”, señala la pequeña de las hermanas.
¿Cuál es el secreto para mantenerse y persistir durante tantos años? Salvador responde: “Esta mañana estaba aquí a las 6:45 horas, para facturar lo que facturamos ahora hay que hacer 50.000 kilómetros al año… con el esfuerzo diario, al final llegas”. Él, que en 35 años asegura que no se ha puesto enfermo “ni un día”, resalta que “la suerte es muy importante”, y añade: “Los torpes tenemos que trabajar el doble que los listos, no soy un desgraciado porque esto me apasiona, pero en el cementerio podré decir que soy el que más ha trabajado de allí”.
A la tienda de Merca80 le siguieron luego otras. En 1990 abrió sus puertas una en El Retiro; en 1995 fue el turno de la glorieta de Biarritz (avenida de Arcos) y finalmente en 2007, el de la central del Parque Empresarial Ronda Oeste —“marcó un antes y un después, nos especializamos aún más en el sector profesional", señalan—, donde está la de mayores dimensiones, ya que cuenta con 2.500 metros cuadrados, entre autoservicio y almacén. “Menos mal que se nos ocurrió venirnos a la carretera de Sanlúcar”, dice Salvador, y su hija lo complementa: “Así nos posicionamos no solo para el mercado autóctono, sino que estábamos más cerca de los pueblos de la provincia de Cádiz”.
La pequeña de las tres hermanas, que es traductora especializada en alemán, fue la última de la familia en formar parte del grupo, y asegura que no se veía en la empresa familiar, “pero cuando te das cuenta de lo que tienes en casa tomas una decisión”, relata. Angustias y Miriam son abogadas y, entre las tres, constituyen la savia nueva de una firma que emplea a más de 50 personas de Jerez y de poblaciones de alrededor. “Nos hemos profesionalizado mucho”, cuenta Salvador Ruiz, que añade: “Tocamos muchos palos, pero nuestra guerra no son las grandes empresas, nosotros no hemos dejado nunca de vender un colador”.
Comentarios