Alguno cerró sus puertas casi en silencio. Otras clausuras tuvieron mayor eco mediático. En el imaginario colectivo de muchos jerezanos hay negocios más o menos históricos que, solo por el hecho de serlo, pensamos que siguen abiertos. Sin embargo, pasa que nos llevamos una tremenda desilusión al encontrarnos con sus verjas echadas definitivamente, o con un cartel de “se vende” o “se alquila” pegados en sus escaparates. Si eres de los que vives fuera, o aun viviendo en Jerez hace tiempo que no pasabas por delante de sus fachadas, he aquí diez negocios que ya han cerrado pero que todavía pensabas que seguían abiertos.
1. El Pollo dorado
“Soluciones doradas tenemos aquí, en el Pollo Dorado está, la solución. Ven ya y verás cuanto te va a gustar”. ¿Quién no tiene metido en la cabeza la mítica sinfonía de este anuncio de Onda Jerez? En Youtube aún puede disfrutarse e incluso lo definen como “el himno no oficial de Jerez”. Realizado en 3D en el año 1994, cuando ni siquiera se había estrenado la célebre Toy Story, el spot anunciaba con éxito uno de los primeros locales de comida preparada de la ciudad, en la calle María Antonia de Jesús Tirado. Tras dos décadas sirviendo todo tipo de ensaladas, aliños, frituras y tortillas, hace ya meses que sus verjas se bajaron de manera definitiva, a pesar de que más de uno todavía se haya acercado hasta allí para comprar algún desavío de última hora.
2. Restaurante San Juan
Considerado durante años como el mejor restaurante italiano de Jerez, con una amplia carta que ofrecía mucho más que pizza y en un casco de bodega centenario a los pies de la histórica iglesia de San Juan de los Caballeros. Su decoración y su ambiente tranquilo y su agradable jardín en las noches de verano lo convertían en un lugar de paso casi obligatorio para celebrar cualquier gran festejo. Y aunque vecinos de los alrededores señalan que la pasada Nochevieja se celebró un cotillón, lo cierto es que hace meses que sus puertas permanecen cerradas, que su web dejo de existir, que sus redes sociales no se actualizan y que su teléfono permanece desconectado.
3. Los Patitos y Bonanza
¿Cuántos no pasaron, siendo niños, por Los Patitos, acompañados de sus madres, para comprarse unos zapatos? Hace más de un año que la zapatería especializada en moda infantil y juvenil cerrara sus puertas, pero aún perdura su cartelería en la calle Doña Blanca. A pocos metros de allí, en la plaza Esteve, aún muchos todavía habrán pensado acercarse a Bonanza a buscar algún zapato de cara a la próxima Feria del Caballo. Y aunque parece que fue ayer, el histórico comercio hace ya cuatro años que cerró sus puertas.
4. Restaurante El Bosque
Los hermanos Alfonso y Antonio Rodríguez se hicieron, bajo la fórmula de concesión municipal, con un coqueto edificio de los años 50 en el parque González Hontoria, dando a la avenida Álvaro Domecq, que había pertenecido a la bodega Valdespino. Allí, a finales de los 70 del pasado siglo montaron el restaurante El Bosque, uno de los santo y seña de la gastronomía gaditana durante años y cabeza visible del prestigioso Alfonso Catering, responsable, entre otros grandes eventos, del almuerzo en la boda de la infanta Elena y Jaime de Marichalar. Lo cierto es que la concesión, por 40 años, finalizaba el pasado 2017 y hasta el momento no hay noticias de que ningún empresario, ni siquiera Alfonso Rodríguez, haya decidido optar a él.
5. Hotel Cortijo de Ducha
El que fue uno de los cortijos con más nombre de la campiña jerezana, el de Ducha, situado apenas a un par de kilómetros del aeropuerto, fue remodelado y adaptado por el Grupo Romero Caballero —propietaria de la Escuela de Hostelería— como hotel y restaurante. En un entorno envidiable, este complejo de ocio, catalogado como cuatro estrellas, con 34 habitaciones, tres salones con un aforo superior a las 1.500 personas y piscina, fue inaugurado en 2011. Sin embargo, los problemas por los que pasó el Grupo Romero Caballero, acompañado de la crisis económica, dieron al traste con el proyecto. Afortunadamente, y a diferencia de otros hoteles que han sido saqueados en Jerez, caso del Chancillería o el Palmera Plaza, el de Ducha mantiene una permanente vigilancia que lo mantiene intacto.
6. Restaurante Venta Antonio
Durante 40 años fue un referente de la buena mesa. Incontables comidas familiares, de empresa, de amigos o graduaciones se han celebrado en alguno de los tres salones comedores con capacidad para 210 comensales con los que contaba el antiguo restaurante de la carretera de Sanlúcar. Si bien la autovía que conectó Jerez con la localidad sanluqueña favoreció la comunicación entre ambas ciudades, fue el principio del fin para el negocio, que en los últimos tiempos funcionó más como catering, pero que ni por esas ha podido sobrevivir. Su cierre, lamentablemente, ha venido acompañado del saqueo, dejando imágenes desagradables. Eso sí, Antonio García Chica, hijo de Antonio García Archidona, el fundador del establecimiento, hace años que abrió en la avenida Tío Pepe el bar-restaurante Antonio, para continuar con la tradición hostelera.
7. El Duplicado
El que fuera uno de los negocios de copas clásicos de la noche jerezana fue también uno de los más criticados por los vecinos de la céntrica plaza Vargas debido al ruido que generaban sus clientes. Debido a esto, la propiedad del negocio decidió reconvertirse en bar de tapas y tras una concienzuda reforma, acompañada de una generosa inversión, reabrió tras unos meses con una atractiva oferta gastronómica. Sin embargo, ante la poca perspectiva de negocio tras la declaración de Zona Acústicamente Saturada de la plaza Vargas por parte del Ayuntamiento, el propietario del negocio, Antonio Rodríguez, decidió cerrarlo, por el momento, de manera indefinida.
8. Don Tico
Jerez ha tenido el dudoso honor de contar con uno de los prostíbulos más famosos de Andalucía y casi se podría decir que de España, el llamado Vagi 96, pero conocido por todos como Don Tico, antiguo nombre del hotel que albergaron las instalaciones cercanas al aeropuerto. Si bien durante la crisis llegaron rumores de que el negocio cerraría sus puertas, fue definitivamente a finales de 2017 cuando se sabía que una importante deuda de los propietarios con su entidad bancaria era la responsable de que las instalaciones cambiaran a manos de la Escuela de Pilotos de Jerez, para reconvertirlo en residencia para sus estudiantes, la mayoría extranjeros.
9. Tabanco El Telescopio
Se había convertido en un clásico de nuevo cuño coincidiendo con el renacer de este tipo de locales en la ciudad, sin embargo el pasado mes de mayo cerraba sus puertas ya que el propietario del inmueble no quiso renovar el contrato de alquiler a los encargados del negocio, con el objetivo de acometer obras para acondicionarlo como domicilio familiar. Casi un año después, en la calle Ávila aún se mantienen en su fachada tanto el nombre del tabanco como su característico telescopio, aunque ya sea imposible tomarse una copa de vino.
10. Academias Grupo Gálvez
Muchos profesionales de la peluquería se formaron durante más de 20 años en las academias del Grupo Gálvez. Sin embargo, en verano de 2017 cerraba sus puertas por falta de liquidez. El cierre de esta academia significó que ya en el curso 2017-2018 solo haya habido un único centro de esta especialidad que ofreciera grado medio, superior y de profesionalidad en Jerez, el IES Andrés Benítez.
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