templo_2
templo_2

Una visita a la ermita visigoda de San Ambrosio, en Barbate. 

Hay poco tráfico, se podría decir que casi ninguno. Tomo la A- 382 hasta Jerez, en donde enlazo con la E-5, buscando luego la N-340 que me conduce al cruce de Vejer de la Frontera. Allí salgo de la autovía dirección Zahora; tengo que estar temprano en un punto de reunión. A medio camino, y a la vera de una venta, encuentro la carretera Arroyo San Ambrosio.

Mientras los amortiguadores del coche sufren sin protestar mucho, voy dando saltos y resaltos, como un canguro espantado. Llego a un letrero casi escondido que marca: Ermita de San Ambrosio. No paso de largo de milagro al ver varios coches aparcados, deduciendo que es el lugar de encuentro que ha marcado Karmit Evenzur en sus indicaciones acertadas, enviadas vía Facebook. Ella es muy eficiente en este sentido y habrá que subirla a los altares.

Hace un día espléndido, con una temperatura agradable. Hay un grupo de personas reunidas para recibir una explicación sobre la ermita de manos de la arqueóloga que participó en los trabajaos de restauración de la misma. Saludo a un hombretón con barba de patriarca, muy amable y simpático, perteneciente a la asociación La Paternilla, que es un grupo muy volcado en los cuidados y recuperación de este recinto religioso, algo muy loable en estos tiempos que corren.

La ermita de San Ambrosio compete al Obispado de Cádiz y Ceuta, y es uno de los testimonios de la cultura visigoda más relevantes de la provincia de Cádiz. Su fundación es obra del obispo Pimenio, de Medina Sidonia, en el año 644 d.C. (14  de noviembre de 644). Ambrosio significa “Inmortal”. Este santo es uno de los más famosos doctores que la Iglesia de occidente tuvo en la antigüedad (junto con San Agustín, San Jerónimo y San León).La ermita visigoda de San Ambrosio fue construida en el siglo VII encima de un antiguo templo, siguiendo la costumbre cristiana de asentarse y acoplarse sobre cultos de los lugareños (nunca un templo cristiano se ha construido sobre los restos de una vivienda urbana o rural de uso ordinario).

Su orientación es este/oeste, en ella el Oriente es el símbolo del Paraíso, y el Occidente, por donde el sol se oculta, es considerando, por el contrario, como el reino del Anticristo, de las tinieblas y de la muerte. Se supone que su baptisterio debió estar situado en el norte de la ermita, porque ese lado es la región de las tinieblas donde se sumergen los neófitos antes de su purificación por el bautismo.
Desde el principio de los tiempos, el hombre se ha interesado por su presente y ha estudiado su pasado. Pero, si hay algo que aún le afana es el futuro. Ya en la prehistoria, el hombre se guiaba por distintos presagios fundamentalmente tomados de la naturaleza, esto explica que muchas de las religiones más antiguas hayan sido panteístas.

Por lo general, a la práctica de la adivinación se le confería un carácter sagrado. Para ello se edificaban templos monumentales, que representaban a la divinidad a la que se quería consultar. A estos santuarios se los conoce como oráculos.

El oráculo es una respuesta a la incertidumbre y un ordenador de las acciones sujetas a la voluntad humana, a su imaginar el futuro. Tales son las funciones primarias del oráculo. Y como consecuencia, es decir, secundariamente, es un arma política, legitimadora de los gobernantes y de sus decisiones, también de las aspiraciones políticas de los subalternos. Estas son consecuencias y no causas del oráculo. Del mismo modo que la religión puede ser empleada como un opio que los gobernantes utilizan para hacer soñar a sus pueblos sin que por ello la religión pueda ser reducida a esa manipulación política; el opio como consuelo de la opresión es una utilización de la religión, no su fundamento. El mensaje de las piedras que ofrece a la vista la ermita es de una gran carga esotérica. Se han descifrado algunos de sus mensajes, pero otros quedan por descubrir. Todo el espacio parece haber sido testigo de manifestaciones espirituales pretéritas. El templo Oráculo de Baesippo se remonta a la época turdetana, una vez caído Tartessos, y tuvo tiempos álgidos, por ejemplo a finales del siglo II antes de nuestra era, cuando su mayor reconocimiento y apogeo.

El período turdetano se originó tras un conflicto social en el que se impusieron las capas más bajas de la sociedad tartésica, aprovechando, o tal vez provocando la crisis de finales del siglo VI antes de nuestra era, que impusieron de nuevo las ancestrales costumbres indoeuropeas, que no habían estado nunca dormidas, sino bien vivas en el seno de la sociedad tartésica. Fue una revuelta popular, latente al menos durante doscientos años, resuelto a favor de la población indígena, contra los invasores orientales.

El templo Oráculo de Baesippo, no llegó a tener el prestigio y relevancia económica, social o histórica de otros, como puede ser el Héracleum, el célebre templo de Hércules, sobre el islote actual de Santi Petri, o el templo de Venus, en la isla de Cádiz, antes de la fundación de esta ciudad, en donde había un santuario abierto en la roca y un oráculo. Esto no disminuye para nada su atractivo, conjuntamente con otro oráculo existente en la cueva de Trafalgar, un santuario subterráneo; esto, por lo menos, parece indicarnos el nombre que los árabes dieron al Cabo de Trafalgar (Taraf-al-gar); es decir, el cabo de la caverna.

El que haya existido una persona emparedada dentro de la ermita no ha marcado nada digno a destacar, aunque puede ser atractivo para los cazadores de psicofonías o fotografías paranormales, no solo dentro del espacio interior de la ermita en sí, sino en el recinto exterior perteneciente al lugar de sacrificios del antiguo templo oráculo. Los tartesios y sus descendientes turdetanos practicaban en sus funerales sacrificios humanos, como se sabe hicieron los celtas, los cartagineses y los romanos mismos, al principio. Debe suponerse que las víctimas —hombres, mujeres y niños— fueran sus esclavos. Mataban a los hombres aplastándoles el cráneo con una piedra, a las mujeres les abrían el vientre en canal y a los niños los sangraban. Estos sacrificios se practicaban en la primera Edad del Hierro, en tiempo de las invasiones céltica y cartaginesa.Si la edificación de la ermita, por si sola, sobre un antiguo templo oráculo es llamativa, más aún lo es la tipología de energías que ahí convergen. Con la ayuda de Juana Labrador se realizó un barrido de radiestesia, tanto en el interior de la propia ermita como sus alrededores, obteniéndose indicadores de corriente bien diferenciados, con tan solo una carga “obscura” de negatividad en el lugar adyacente de planta cuadrada anexa al muro norte de la nave, que se cubre con una bóveda ochavada sobre trompas. En sus paredes rechinan grafitis y dibujos reclamando para sí, un pensamiento “único” totalmente distorsionante y excluyente.

Entendemos la Radiestesia como la técnica que maneja la detección del espectro completo de las radiaciones que emiten, tanto los cuerpos de cualquier naturaleza, como las diversas formas de energía. De acuerdo al diccionario, radiestesia significa la facultad de percibir las radiaciones electromagnéticas. También es llamada rabdomancia. El nombre de radiestesia está formado por la palabra latina radius que significa radiación y por el vocablo griego aisthesis, en su acepción de sensibilidad.

El estado de ánimo en cualquier recogida de datos debe estar predispuesto convenientemente, ya que cualquier exacerbación o depresión redundará en resultados negativos, imprecisos o engañosos. La pasividad mental es condición sine qua non. Además, el ambiente en que se lleve a cabo la experiencia no deberá incluir circunstancias que alteren, mortifiquen, perjudiquen o actúen negativamente sobre el operador.Bien se nos ha dicho: "En zonas de gran radioactividad natural hallamos los lugares sagrados, zonas de culto milenario o de reposo de los antepasados. Nuestras mediciones actuales nos muestran fuertes anomalías geomagnéticas, elevados niveles de radioactividad u otras alteraciones geofísicas en tales asentamientos, que por regla general, fueron marcados por petroglifos, menhires, dólmenes, pirámides u otras construcciones pétreas que siguen indicándonos la presencia de algo especial".

Lo que más llama la atención de donde está situado el templo Oráculo de Baesippo, no solo son sus líneas Hartmann (energía sutil emanando del subsuelo), sino la llamada resonancia Schumann, influyendo de manera positiva en todo su entorno (una resonancia Schumann de 7,83 Hz, que es la más beneficiosa, óptima, para la salud física, mental y espiritual del ser humano). Desde luego, bien podemos asegurar que es muy significativa la elección de este lugar por los antiguos, en un paisaje que por su misma esencia invita al recogimiento y la abstracción mental.

Sobre el autor:

jorge-miro

Jorge Miró

...saber más sobre el autor

Archivado en:

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído