La Hermandad de la Macarena ha anunciado la dimisión del mayordomo y del prioste responsables de la imagen de Nuestra Señora de la Esperanza, a raíz de la polémica generada por una alteración estética no deseada en el rostro de la talla durante unos trabajos de conservación. La Junta de Gobierno ha señalado que la restitución completa de las facciones originales será supervisada por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), dependiente de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.
"Ua vez finalizado todo este proceso, se convocará un cabildo general extraordinario para, en base a los resultados, determinar cuantas medidas se vayan a adoptar"; además de que el mayordomo y el prioste de la talla de Nuestra Señora de la Esperanza, Enrique Espinosa de los Monteros y Miguel Ángel Fernández Almagro, "han presentado su dimisión", que será efectiva "una ves resuelta la incidencia".
La decisión ha sido comunicada tras una reunión extraordinaria celebrada por la junta de gobierno, que se ha prolongado hasta la madrugada del martes. En dicho encuentro se ha abordado la actuación realizada sobre la imagen mariana, de gran arraigo devocional en Sevilla, y las reacciones críticas provocadas por el resultado. Ante la situación, la hermandad ha impulsado una intervención de urgencia con el objetivo de revertir la modificación en el rostro de la Virgen.
La movilización
El lunes por la tarde, los alrededores de la basílica de la Macarena fueron escenario de una concentración de varios centenares de personas. La movilización, organizada de forma anónima y difundida por redes sociales y medios de comunicación, mostró el rechazo ciudadano a la intervención y exigió responsabilidades dentro de la junta de gobierno.
En su comunicado, la hermandad ha ofrecido una cronología de los hechos y pidido disculpas a los hermanos y devotos por el daño moral y devocional causado. La entidad ha recordado que en mayo de 2024 encargó un informe sobre el estado de sus imágenes al profesor Francisco Arquillo Torres, con quien mantiene una relación profesional desde 1978. Según la Junta, el criterio establecido para las labores de conservación era preservar la autenticidad de las tallas y evitar cualquier modificación estética externa.






