La restauración de Nuestra Señora de la Esperanza Macarena se encuentra ya en su recta final, según ha informado el restaurador Pedro Manzano, que dirige la intervención sobre la imagen. En un nuevo avance difundido por el canal oficial de la Hermandad de la Macarena, Manzano explica que los trabajos “avanzan favorablemente” y que el proceso entra ahora en su fase de reintegración cromática, considerada la más minuciosa y delicada de todo el proyecto.
Durante esta cuarta actualización, el especialista ha detallado los tratamientos y análisis técnicos realizados, entre ellos un TAC, la toma de muestras de policromía y el estudio del conocido como “nudo” de la imagen. Todos estos procedimientos se han llevado a cabo con el objetivo de asegurar la estabilidad estructural y la conservación estética de la talla.
Análisis exhaustivos y resultados tranquilizadores
Antes de abordar la limpieza de la policromía, Manzano decidió “extraer tres muestras de la policromía en la zona frontal, en la zona más sensible, para comparar y cotejar con las muestras que se extrajeron al inicio del tratamiento”. Estos estudios permitieron evaluar de forma precisa el estado de la superficie pictórica.
El restaurador también informó de los resultados emitidos por el Departamento de Análisis del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, relativos a una muestra tomada “de la zona afectada del nudo, de esa supuesta afección por hongos”. El diagnóstico ha sido negativo: no existe ataque fúngico, lo que significa que no será necesario aplicar tratamiento alguno.
En cuanto a la estructura interna de la imagen, se ha realizado un nuevo TAC sin elementos metálicos, lo que ha permitido una visión clara y completa de la talla. El resultado, según Manzano, ha sido “satisfactorio”, ya que “no va a ser necesario plantear ningún tratamiento de consolidación estructural”, salvo la fisura del rostro en el lateral izquierdo, que “ya se ha llevado a cabo y está terminada”.
Últimos pasos antes de la reintegración cromática
El especialista también explicó que se ha procedido a extraer el perno de sujeción de la corona, ligeramente desviado, para reposicionarlo correctamente, y que la limpieza de la encarnadura —tanto en las manos como en el rostro— “se ha culminado también favorablemente”.
Actualmente, la imagen se encuentra en la fase de reposición del estrato de yeso, en las zonas donde este se había perdido, como paso previo al enrasado y a la reintegración cromática final.
Manzano subraya que esta última etapa “necesita de mayor observación y de mayor reflexión”, ya que es la más sensible del proceso. “Va a ser la que más tiempo requiera y la más delicada hasta conseguir finalmente el objetivo de la recuperación total y absoluta de la imagen de la Santísima Virgen”, concluye el restaurador.
