Una imagen tomada en 1859 por el fotógrafo sevillano Francisco Leygonier y atribuida como la primera fotografía conocida de la Feria de Abril de Sevilla se exhibe por primera vez al público en el Museo de Bellas Artes de la capital andaluza. La escena muestra la caseta de los duques de Montpensier, una estructura formada por tres tiendas instaladas sobre una tarima en el Prado de San Sebastián, captada desde la distancia y en plano elevado.
La imagen forma parte de la exposición que la pinacoteca dedica a Leygonier, pionero de la fotografía en Andalucía y en España. Bajo la organización de Juan Antonio Fernández Rivero y María Teresa García Ballesteros, la muestra reúne más de 80 piezas originales —la mayoría procedentes de la colección Fernández Rivero— y estará abierta hasta el 8 de junio. Entre las obras se encuentran vistas de Sevilla, Granada y Córdoba, retratos, reproducciones pictóricas y escenas festivas como la Semana Santa.
La fotografía en cuestión es un calotipo positivado en papel a la sal, de 132 x 230 milímetros, del que no existen copias ni ejemplares alternativos. Fue adquirida en subasta en París por el propio Fernández Rivero, quien asegura que “sin ningún género de dudas” se trata de la imagen más antigua documentada de la Feria sevillana. Para hallar otras fotografías del evento hay que avanzar hasta la década de 1880, cuando aparecen trabajos de autores como Ramón Almela, Emilio Beauchy o la casa Léon et Lévy.
La consejera de Cultura y Deporte, Patricia del Pozo, ha destacado la relevancia de esta obra dentro del conjunto expositivo, y ha definido a Leygonier como “un adelantado a su tiempo”, subrayando su capacidad para incorporar los avances técnicos en su estudio, abierto durante 35 años en Sevilla. En el momento de capturar la imagen, Leygonier ostentaba el título de fotógrafo oficial de la casa Montpensier, cargo que había recibido en 1855.
Retratos de todo tipo
Durante su colaboración con los Montpensier, Leygonier realizó diversos trabajos fotográficos: desde retratos familiares hasta vistas del Palacio de San Telmo y reproducciones de su colección pictórica. Uno de los rasgos distintivos de su estilo es el “tapado” del negativo para eliminar partes del suelo cuando no le convencía el resultado, técnica que también se aprecia en esta fotografía de la Feria.
La ubicación de la caseta que aparece en la imagen responde a una reordenación del recinto ferial llevada a cabo en 1859, un año después de la propuesta presentada en 1858. Según el arquitecto Rafael Fernández García, la caseta de los Montpensier fue trasladada a las inmediaciones de la Puerta Nueva o de San Fernando, demolida en 1868. La Feria de Abril había sido recuperada por el Ayuntamiento en 1847 a propuesta de los concejales José María Ybarra y Narciso Bonaplata como feria de ganado, con 19 casetas y notable éxito.
El autor
Francisco Leygonier (1808–1882), considerado el primer fotógrafo sevillano en activo, es una figura clave del siglo XIX junto a Luis Masson y Emilio Beauchy. Su trayectoria se distingue por el uso temprano del daguerrotipo y del calotipo, permitiéndole ofrecer múltiples reproducciones. Fue autor de las primeras vistas fotográficas de Sevilla y sus obras sirvieron de recuerdo para los viajeros que visitaban la ciudad.
Tras una infancia en Francia, donde vivió con su hermana tras la muerte de su padre, y una etapa como marino, Leygonier regresó a Sevilla con 33 años. Su irrupción en el mundo de la fotografía coincidió con la llegada de los Montpensier a la ciudad, para quienes trabajó activamente. Durante más de tres décadas, su estudio operó en distintas ubicaciones del centro histórico, ofreciendo retratos y paisajes urbanos.
Los duques de Montpensier, Antonio María de Orleans y María Luisa Fernanda, instalaron su residencia en el Palacio de San Telmo tras ser rechazados por el Gobierno de Isabel II para establecerse en Madrid. Allí crearon una corte paralela conocida como “la corte chica”, punto de encuentro de artistas, intelectuales y políticos. El duque, gran aficionado a las artes, impulsó la fotografía y encargó trabajos a nombres destacados como Leygonier, Charles Clifford o Jean Laurent.
Aunque Montpensier no logró sus aspiraciones a la Corona española, su figura dejó una profunda huella en la vida cultural y política del país. Tras un exilio y un polémico duelo que terminó con la vida de Enrique de Borbón, sus posibilidades dinásticas se vieron truncadas. Murió en Sanlúcar de Barrameda en 1890, mientras su hija María de las Mercedes ya había contraído matrimonio con Alfonso XII. La imagen de su caseta en la Feria, rescatada del olvido por esta exposición, devuelve el foco a una figura histórica y a uno de los pioneros de la fotografía nacional.



