Ha llegado el calor, del que no se va. Y llega para quedarse, hasta bien metidos en septiembre. Aunque faltan unas semanas para el verano, en lo que respecta a ese otro verano cultural, ya tenemos todos la mente puesta en ello.
En Sevilla, a falta de playas costeras, tenemos mucho que disfrutar. Son las playas artificiales y fluviales donde refrescarse, además, en medio de una espectacular naturaleza.
Playa artificial de San Nicolás del Puerto

En pleno corazón de la Sierra Morena se esconde un pequeño oasis: la Playa de San Nicolás del Puerto. Es fluvial. Tranquila. Y perfecta para escapar del implacable calor sevillano. Su agua viene del río Galindón, y desde que fue inaugurada en 1974 se ha convertido en un refugio muy especial. Todo gracias a una pequeña represa que forma una gran lámina cristalina, ideal para nadar cuando el sol aprieta.
Pero no es solo eso. El entorno natural, frondoso y sereno, multiplica su encanto. Además, cuenta con accesos adaptados para personas con discapacidad y unas escaleras cómodas que permiten meterse al agua sin problema. ¿Te apetece algo frío tras el baño? Puedes pasarte por los chiringuitos cercanos como La Posada del Peregrino, La Gruta o El Bosque. Buen ambiente, comida local y sombra.
Isla Margarita
Hay lugares que parecen sacados de un cuento, y Isla Margarita es uno de ellos. Se encuentra en el Parque Natural Sierra Norte y es conocida también como la Isla del Pescador. El río Huéznar la abraza con sus aguas frescas y claras. Tranquilas. Y eso la convierte en un lugar ideal para descansar con calma, sin estrés, sin ruidos.
Aquí todo está pensado para disfrutar: mesas de picnic, barbacoas, aseos y hasta un aparcamiento amplio. Si vienes en bici, perfecto: una vía verde conecta con la antigua línea ferroviaria entre Cazalla y Constantina. El paisaje es bellísimo. Verde. Vivo. Muy andaluz.
El Martinete

Una joya natural. Así es El Martinete, uno de los parajes más impactantes de toda Sevilla. Se sitúa en el curso alto del río Huéznar y, si te gusta el agua, este sitio es para ti. El río serpentea entre pozas, cae en pequeños saltos, forma toboganes naturales y crea un escenario digno de postal. Por todo ello, fue declarado Monumento Natural.
La experiencia aquí es total. Puedes caminar entre senderos sombreados, montar la tienda y hacer noche con el susurro del agua como banda sonora. Las cascadas son preciosas. Los remansos, fotogénicos. Y la sensación de frescura, incomparable.
Lagos del Serrano


A pocos kilómetros de El Ronquillo, en Guillena, los Lagos del Serrano se abren paso como un rincón vibrante en plena Sierra Morena Sevillana. Lo tienen todo: aire limpio, paisaje de postal, agua para actividades acuáticas y rutas que serpentean entre montañas y vegetación.
Ideal para quienes buscan algo más que un simple baño. Aquí puedes pescar, hacer senderismo, pedalear entre caminos o simplemente dejarte llevar. Hay ruinas de antiguas estaciones de tren y el histórico Palacio de Parladé, del siglo XIX, que suma un toque nostálgico a este refugio lleno de encanto.
Parque Fluvial Majadallana (Las Calderas)
Castilblanco de los Arroyos guarda un secreto: el Parque Fluvial Majadallana, o como muchos lo llaman, Las Calderas. El río Siete Arroyos crea aquí un paisaje limpio y vibrante, salpicado de pequeñas playas naturales y pozas de agua clara donde refrescarse en verano.
Pero no solo se viene a nadar. Hay rutas para caminar, andar a caballo o pedalear en bicicleta. La variedad de actividades lo convierte en un destino muy versátil, apto para familias, aventureros o quienes buscan simplemente una jornada de calma entre árboles, pájaros y agua.
Pantano del Pintado

Entre Badajoz y Sevilla, el Pantano del Pintado se impone como el embalse más extenso del Parque Natural Sierra Norte. Su función original es agrícola, sí, pero desde hace años también es un rincón muy valorado para disfrutar del ocio al aire libre. Pesca, baño, picnic, incluso acampada. Aquí todo cabe.
La carretera de acceso ya es un espectáculo. Pasa entre dehesas de encinas y alcornoques, y prepara al visitante para lo que vendrá: un espacio abierto, amplio, donde el aire es puro y el tiempo se detiene. Muy recomendable.
Rivera de Benalija

Pequeña pero especial. Así es la Rivera de Benalija, un arroyo escondido en el norte del Parque Natural Sierra Norte. Su curso desemboca en una de las colas del Pantano del Pintado, y justo ahí aparece lo inesperado: una cueva. Dentro, un diminuto lago. Perfecto para un baño íntimo, natural, diferente.
En años de poca lluvia, puede secarse. Pero incluso en esas condiciones, su belleza intacta invita a la contemplación. Hay silencio. Frescor. Rocas, musgo, sombra. Un rincón perfecto para quienes prefieren lugares poco conocidos, alejados del turismo masivo.
Reserva Natural Laguna del Gosque
Terminamos en el sur. En la Sierra Sur de Sevilla, donde la Laguna del Gosque sorprende por su carácter único. Es un humedal. Tiene una playa de arena blanca. Y sus aguas son salinas, lo que crea un entorno ecológico ideal para avistar flamencos, chorlitejos y otras aves.
Este rincón, muy popular durante la temporada de baño y las romerías, ofrece un contraste fuerte: el ecosistema lagunar se enfrenta a los cultivos de la zona, creando un paisaje asombroso. La Laguna del Gosque es original. Singular. Perfecta para relajarse, desconectar y reconectar con la naturaleza más inesperada de la provincia.


