Los negocios de flores y regalos alrededor del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla no lo entienden. Negocios que nacieron alrededor del centro hospitalario más importante de Andalucía, el de referencia de la capital y de muchas especialidades en toda la comunidad, un vasto espacio donde hay un trasiego diario de miles y miles de personas. Y donde se ha perdido una de las tradiciones de toda la vida: llevar flores o globos a mamás de recién nacidos, o a enfermos que llevan tiempo ingresados.
Según denuncia Belén Galisteo Muñoz, de la floristería Lola Muñoz, las pérdidas "son de alrededor del 60%" debido a esta medida, que lleva más de un año implementada. "No es una norma sanitaria", recuerda. Porque tanto en el hospital privado cercano -que si fuera una cuestión de salud de pacientes se adscribiría a ello- como en el propio Hospital Virgen Macarena sí se puede.
"Por más que he buscado en papeles, no aparece nada de que no se puede". De hecho, recuerda, durante los tiempos de crisis sanitaria, "no subíamos a las plantas pero sí dábamos las flores a los acompañantes". Ahora, en cambio, a cualquier usuario que entre con flores o globos les echan para atrás en Seguridad, a la entrada.
"Aquí llevamos desde 1989 y ahora no se pueden comprar flores para llevarlas a nacimientos, ni para ingresados, ni para cumpleaños de trabajadores, ni para cuando un paciente quiere agradecer el trato al personal que les ha atendido", lamenta.
De hecho, debido a la experiencia, cuando Galisteo ve a una persona que aparenta ser acompañante, o que está de visita en el hospital, "avisamos de que no se pueden llevar flores al Virgen del Rocío, pero sí al Hospital de Quirón".
"He llegado a pensar que es una decisión tomada para mantener la limpieza, si es que hubo alguna queja, pero no lo sé. Al menos, si es eso, podrían permitir esas flores o regalos de un tamaño concreto".
El tema de los regalos es algo diferente, porque al fin y al cabo, si van dentro de una bolsa, lógicamente no se realizan registros. Pero los globos o las flores tradicionales son bien visibles y los empleados de Seguridad, cumpliendo las peticiones, hacen lógicamente su trabajo.
"Si hubiera unas dimensiones máximas, podríamos entenderlo, pero es que más o menos seis de cada diez clientes que llegan cada día vienen para llevar flores al hospital y ese negocio lo hemos perdido", remacha Galisteo.
Preguntado por el asunto, el SAS no ha ofrecido aún versión oficial al respecto de las pérdidas de floristerías.
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