El restaurador Pedro Manzano, encargado de la intervención en la imagen de Nuestra Señora de la Esperanza Macarena, ha emitido un comunicado dirigido a los hermanos y devotos en el que transmite sus primeras impresiones sobre este encargo.
El especialista subraya que asume esta responsabilidad “con profundo respeto, consciente del valor artístico, histórico y devocional” que la Virgen representa para Sevilla y para todos sus fieles.
“Una ausencia que despierta anhelo en Sevilla”
Manzano reconoce que la ausencia temporal de la Virgen genera un sentimiento de anhelo tanto en la ciudad como en todos los lugares donde es querida. Sin embargo, señala que este tiempo de espera puede convertirse en una oportunidad de unión y esperanza.
“El objetivo claro y prioritario es devolver a la Virgen su integridad estructural y expresiva, preservando esa esencia barroca del siglo XVII y, sobre todo, esa mirada tan reconocible y singular que ha trascendido por generaciones”, afirma el restaurador.
“Rigor técnico y sensibilidad artística”
El especialista ha insistido en que en cada paso pondrá “toda mi atención, esmero y entrega, con rigor técnico, sensibilidad artística, devocional y un profundo respeto por la Imagen”.
Manzano subraya que el significado de la Virgen de la Esperanza es “profundo e inestimable para miles de personas en Sevilla y en todo el mundo”. Por eso, confía en que su regreso al culto “llenará de alegría a todos los que la esperan, reavivando la fe y estrechando aún más el vínculo entre quienes la veneran”.
El restaurador ha querido agradecer públicamente a la junta de gobierno por haberle propuesto para esta tarea, así como a los hermanos de la hermandad “por la confianza depositada en una decisión tan difícil”.
Por último, destacó que esta intervención no solo es un trabajo técnico, sino un compromiso con la devoción y la historia de Sevilla, donde la Virgen de la Esperanza Macarena es uno de los símbolos religiosos y culturales más reconocidos.
