La Isla de la Cartuja puede estar ante su oportunidad definitiva para revitalizarse después de alcanzar su máximo esplendor en la Exposición Universal de 1992 celebrada en Sevilla e ir, posteromente, decayendo poco a poco. A pesar de que existe un fuerte tejido empresarial y tecnológico, además de varias facultades de la Universidad de Sevilla, lo cierto es que un paseo es suficiente para percibir que la zona está más abandonada de lo que debería.

Son varios los edificios que se encuentran vacío en la actualidad después de albergar actividades para la Expo92. A esto, hay que sumar la falta de uso del Estadio Olímpico inaugurado en 1999, aunque ha habido un aumento significativo en los últimos años debido a la inversión de la Junta de Andalucía para poder celebrar partidos de la selección, la Eurocopa o finales de la Copa del Rey.

Ahora, a la Cartuja se le presenta la opción de renacer y convertirse en un lugar que tenga cierta vida todas las semanas dentro de la capital hispalense. El motivo no es otro que los efectos colaterales que tendrán uno de los principales proyectos urbanísticos que afrontará Sevilla en los próximos años. Pese a que el Benito Villamarín se encuentra en el otro extremo de la ciudad, la obra tendrá efectos directos para La Cartuja.

La zona pasará de no tener actividad durante los fines de semana a tener que recibir cada dos domingos a casi 60.000 personas. Y es que las obras del Benito Villamarín comenzarán al terminar esta temporada con la demolición de la preferencia. Esto va a suponer que el equipo verdiblanco se desplace durante dos cursos al Estadio Olímpico para disputar sus partidos de Liga y de competiciones europeas. El Real Betis jugará en La Cartuja durante las temporadas 24-25 y 25-26 como mínimo.

El lugar apenas tiene accesos para el coche particular, algo que aumenta la importancia del transporte público. Sin embargo, las infraestructuras actuales hacen casi imposible recibir a tal cantidad de personas. Actualmente circulan por allí tres líneas de autobuses de Tussam: la C1, la C2 y la 2 tras la modificación reciente en su recorrido.

A las líneas de autobuses hay que sumarle el apeadero de Renfe para la línea C2 de Cercanías, un tren que apenas tiene recorrido ya que únicamente conecta La Cartuja con Santa Justa. Es decir, las formas de llegar a la zona son escasas e insuficientes para recibir cada semana a 60.000 aficionados.

Por ello, el alcalde de Sevilla, el popular José Luis Sanz, ya ha anunciado que está trabajando para la mejora de los accesos así como así como realizar "mejoras en la movilidad, aparcamientos e incremento del transporte público". "La reurbanización y mejora de todos los alrededores del estadio era una prioridad y llevamos dos meses trabajando en ello para que se puedan llevar a cabo en el menor tiempo posible todas las actuaciones necesarias para tener un estadio de primera, con un entorno y unos accesos de primera", ha expresado Sanz.

El regidor hispalense ha añadido que desde el Ayuntamiento ya se han mantenido reuniones con los responsables del estadio de la Cartuja y "se analizarán distintas fórmulas para mejorar la movilidad".

"Me comprometí en trabajar mano a mano con la Junta de Andalucía para la puesta a punto de este estadio, la mejora de sus accesos y el incremento del transporte público, y en ello estamos", ha reiterado, al tiempo que ha asegurado que este recinto "es un emblema de Sevilla y queremos que sea sede de grandes eventos deportivos y culturales, así como para alojar a los grandes clubes de la ciudad".

El alcalde ha recordado que Cartuja es una "prioridad"; por ello, entre otras medidas, "hemos creado un área específica para Cartuja y Parques Innovadores, para que haya una gestión integral en el PCT y, sobre todo, para que el continente esté a la altura del contenido".

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Emilio Cabrera.

E. C.

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