Un equipo médico de Sevilla ha confirmado un caso de malaria nosocomial en España, es decir, un contagio que ocurrió dentro del propio hospital. La protagonista es una mujer de 60 años, sin antecedentes de viajes, transfusiones ni hospitalizaciones recientes, que acudió a urgencias con fiebre, malestar general, sudores nocturnos y dolores articulares tras someterse a una prueba médica rutinaria.
La paciente había sido atendida previamente en el Virgen del Rocío para una gammagrafía tiroidea con yodo radiactivo, una prueba diagnóstica habitual. Justo antes de ella, otro paciente —aparentemente sano, sin fiebre ni síntomas— se había sometido a la misma exploración. Pero ese hombre, originario de Guinea Ecuatorial, era portador asintomático de malaria latente.
La investigación, firmada por el doctor Liroa Romero junto a miembros del hospital, desveló el origen del contagio y se ha recogido en el Journal del CDC norteamericano Emerging Infectious Diseases, citado por Diario de Sevilla Aunque las jeringas usadas en la prueba eran desechables, no ocurrió lo mismo con el escudo de plomo que las cubría para proteger al personal del yodo radiactivo. Ese escudo, reutilizado tras una limpieza superficial, fue la pieza clave del problema: se habría contaminado con restos de sangre infectada del paciente anterior.
El diagnóstico de malaria por Plasmodium falciparum se confirmó mediante PCR y frotis sanguíneo. La paciente presentaba un índice de parasitemia del 7%, una cifra alta. Lo más contundente fue el análisis genético: el ADN del parásito encontrado en ambos pacientes era prácticamente idéntico, lo que cerró el círculo de la transmisión hospitalaria.
Es el primer caso documentado de malaria autóctona en España por vía nosocomial con evidencia genética directa. Hasta ahora, en los pocos casos registrados, no se había podido identificar al paciente fuente ni confirmar la transmisión con pruebas moleculares.
El equipo responsable ha decidido actuar con rapidez. A partir de ahora, cada protector de plomo usado en las gammagrafías será utilizado solo una vez al día y esterilizado en autoclave antes de su próxima aplicación. Una medida importante para evitar que esta situación se repita.
Más allá del caso concreto, los médicos alertan del riesgo que suponen los portadores asintomáticos de enfermedades infecciosas, incluso en países donde esas enfermedades ya no son endémicas. La globalización y la movilidad internacional han cambiado las reglas del juego.
Por eso, los expertos piden no bajar la guardia. Recomiendan extremar las medidas de bioseguridad en hospitales y recuerdan que, ante pacientes con fiebre y trombocitopenia sin causa aparente, no hay que descartar la malaria, incluso en sitios donde ya se creía erradicada.



