La noche del sábado no fue la de hace un año en la Feria de Sevilla. Porque habría sido la del 'pescaíto', la del encendido de las luces. Este 2025, en cambio, era teóricamente una tarde de convivencia para afinar el montaje, aplicar los últimos detalles. Eso, teóricamente. Porque lo cierto es que muchos de ellos ya fueron con su traje de corbata y su flor y muchas de ellas con su traje de flamenca.
Y esto de la pre-Feria de Sevilla no es que no sea habitual, es que se está poniendo en duda el interés que había realmente en cambiar el modelo. De los dos fines de semana a uno solo, recuperando aquello de que todo arrancara el lunes a la noche.
En cambio, con este modelo acortado, pero en la práctica con muchas casetas funcionando, ha servido para que aquellos que tienen caseta disfruten de una jornada sin nadie venido de fuera, una forma más íntima de arrancar estos días de Feria de Abril que este año arrancan en mayo por la tardanza en el calendario de la Semana Santa.
Y eso genera una queja, especialmente entre aquellos que eran partidarios del modelo de feria alargada y moderna de dos fines de semana. Porque quien tiene recursos para hacer su Feria, tendrían de esta forma los mismos fines de semana que hace un año, los dos. Por contra, quienes no pertenecen a ese círculo selecto de propietarios de casetas, van a tener menos días.
El Ayuntamiento, en este asunto, puede lavarse las manos. Porque convocó una votación para ver qué modelo querían los sevillanos y más allá de las quejas que levantó por cuestiones como si se podía votar dos veces o no, en ese pseudoreferéndum salió el modelo corto. Era el modelo que quería el alcalde, en realidad. Y el que prosperó. Eso sí, poniendo seguridad a esta pre Feria que en muchas casetas se ha vivido con jarras de rebujito y con música.
