La derrota del Sevilla FC en la tarde de este sábado ante el Celta de Vigo ha metido en un lío deportivo a la entidad nervionense. A falta solo de tres partidos para acabar la temporada, aún no ha amarrado la permanencia en Primera División. Es, así, el momento más bajo del equipo de las siete Uefas desde el último ascenso, cuando se iniciaba este milenio.
La mala imagen ante un conjunto vigués que acabó ganando con uno menos ha detonado la paciencia de muchos aficionados. Un malestar que viene de los malos resultados deportivos encadenados desde que se ganó el último título europeo. Desde entonces, se ha agravado la crisis institucional y la deportiva, con decisiones que no se han comprendido y con una falta de recursos económicos muy preocupantes.
Lo cierto es que la clasificación dice que el Sevilla FC apenas tiene que ganar un partido para lograr mantenerse en Primera División. Con 38 puntos, estaría prácticamente hecho. Pero si el Leganés gana, se pondrá el descenso a cuatro puntos con solo nueve por disputarse. Y los sevillistas juegan contra Real Madrid y Villarreal.
Y en ese contexto, aficionados del Sevilla FC han acudido a varios puntos para recibir a los jugadores tras el viaje de vuelta desde Vigo. Empezando por el aeropuerto, pero sobre todo se han concentrado en las inmediaciones de la ciudad deportiva, adonde acudía el autobús con la expedición procedente de San Pablo.
Allí, cientos de sevillistas han llegado a entrar en las instalaciones. Y no es poca cosa, porque ha tenido que acudir la Policía Nacional para controlar la situación en Montequinto. Disparos disuasivos de pelotas de goma para que dieran un paso atrás los aficionados antes de llegar al inmueble donde estaban los jugadores.
Los futbolistas y el cuerpo técnico han decidido dormir en la ciudad deportiva para evitar que vayan a más los enfrentamientos. Recluidos hasta la mañana del domingo, esperando que puedan salir en algún momento la situación no vaya a mayores.
