Las irregularidades de la 'mafiosa de Bami', una casera de Sevilla que entra sin llamar a los pisos que tiene alquilados

Un joven ha denunciado el trato recibido por parte de una mujer que "maneja el alquiler de unos 14-16 pisos" en el barrio sevillano. Se inventaba cláusulas en el arrendamiento y no declaraba los inmuebles a Hacienda

Una imagen del barrio de Bami, en Sevilla.
Una imagen del barrio de Bami, en Sevilla.

La mafiosa de Bami, la historia que emocionó a Spielberg. De esta forma ha titulado Jaime, un joven de Estepona, lo que ha vivido el último año estudiando en Sevilla

El joven alquiló una habitación en el barrio de Bami, situado en el Distrito Sur de Sevilla, en junio de 2021. Para comenzar su aventura como inquilino, la casera le puso una curiosa cláusula de inicio: 30 euros en concepto de fianza por la limpieza. Cuando Jaime se incorporó en septiembre al piso, su habitación no estaba precisamente en las mejores condiciones óptimas de higiene. 

Además, en el contrato también quedaba fijado que "la mensualidad se paga en efectivo". Entre las numerosas irregularidades denunciadas en las redes por este joven se encuentra otra de lo más llamativa. Y es que la casera en cuestión, "tenía la mala costumbre de venir con asiduidad al piso, entrar con su llave sin pedir permiso para echar un vistazo a las zonas y comunes y decirnos cómo teníamos que hacer las tareas de la casa y la limpieza para mantenerlo impoluto". 

En la visita de unos amigos al piso, la mujer incluso le comentó por WhatsApp que habían dejado todo muy sucio y que no eran buenas compañías. "Sentí miedo, pensé que esta mujer nos vigilaba en el piso y sabía quien entraba o quien dejaba de entrar, lo que tenía claro es que eso no era asunto suyo para nada", cuenta Jaime. 

Cansado de la situación, y tras hablarlo con la casera, sin que cambiase su actitud, el estudiante se lo contó a su padre, que llamó a esta mujer indicándole las ilegalidades que estaba cometiendo como arrendadora al entrar en el piso sin avisar y tratar de controlar las tareas y a la gente que entraba o salía del mismo. 

Tras la llamada del padre de Jaime, la casera controló un poco su invasión a la intimidad de los inquilinos. "¿Por qué tiembla esta señora al hablarle de ilegalidad, denuncias o trámites con la justicia?", se pregunta el joven. "Pues bien, nos enteramos de que ella posee muchísimos pisos en el barrio de Bami en alquiler (unos 14-16) pero no le gusta declarar su amor a Hacienda. Ella le dijo a mi compañero de piso que, de esta forma, el Gobierno no controla lo que entra y lo que sale". 

Una vez finalizado el curso, Jaime abandonó el piso, no sin sorpresa: su casera le cobró 5 euros por un cajón que se había descolgado de la cocina e interpretó a su forma, tomando como referencia uno de los recibos más caros del invierno pasado, el último cobro de la luz que le hizo al joven. 

Con su denuncia en redes, la intención de este malagueño es "alertar a estudiantes que, como yo, busquen piso en Bami. Y también para que no cometáis el mismo error que yo, dejando que os mangoneen de esta forma. Tomad acciones legales ante cualquier irregularidad. Estáis en vuestro derecho". 

Sobre el autor:

R. G.

Periodista con más de veinte años de experiencia en los medios de comunicación (prensa escrita, digital, radio y televisión). Autor de 'Nosotras. Historias del olvidado deporte femenino' y otros seis libros más. Recuperando la ilusión por contar la vida en lavozdelsur.es

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