El Humoso, ocho cooperativas, una orden de desalojo de la Junta y un alcalde 'rojo' y ausente

La figura de Sánchez Gordillo empieza a cuestionarse en Marinaleda, un pueblo de Sevilla donde siempre gobernó el comunista, a raíz de un grave conflicto que afecta a decenas de trabajadores del campo

Una fábrica de la cooperativa de El Humoso
Una fábrica de la cooperativa de El Humoso

Un ‘oasis comunista’. Así definió el New York Times en una ocasión al municipio sevillano de Marinaleda. En este pueblo gobierna desde 1979 Juan Manuel Sánchez Gordillo, un histórico de la política española que hace del socialismo una religión. Los resultados electorales de Izquierda Unida y el Partido Comunista son prácticamente inmejorables y sus ciudadanos, además, se identifican con estas políticas.

"Hay cooperativistas más 'gordillistas' que Gordillo"

La tierra para el que la trabaja. La propiedad privada en Marinaleda es casi inexistente, el Ayuntamiento lo gestiona todo y sus habitantes confían (casi) ciegamente en ello. Ni las políticas municipales ni Juan Manuel Sánchez Gordillo han estado nunca en discusión, aunque la situación actual de las ocho cooperativas que ocupan las 1.200 hectáreas de El Humoso han provocado que, por primera vez, algunos trabajadores levanten la voz y pongan en cuestión el papel del alcalde del pueblo. Las críticas, eso sí, nacen desde la lealtad, "hay cooperativistas más 'gordillistas' que Gordillo".

Sobre estos terrenos hay ahora mismo judicializada una orden de desalojo porque los propios cooperativistas han recurrido esta actuación que pretende llevar a cabo la Junta de Andalucía. El Humoso es una finca que pertenecía al duque del Infantado y que, debido a las protestas de los jornaleros, entre los que se encontraba el propio Sánchez Gordillo, fue expropiada por la Junta para dedicar esas tierras al regadío.

En 2015, por una norma de la Junta de Andalucía, se establece que la tierra pública se tiene que vender y que las cooperativas tienen que comprar aquellos terrenos cedidos para seguir desarrollando su actividad. La opinión de Gordillo sobre esto es firme: la tierra pública ni se puede ni se debe comprar. Hay un acuerdo entre todos para que las tierras no pasen a manos privadas, ni siquiera de los cooperativistas. Sin embargo, todos los implicados se emplazan a buscar fórmulas. Las cooperativas, aunque tenían sus órganos de dirección, eran supervisadas por el propio alcalde. Los trabajadores critican que nunca ha tenido voluntad de arreglar el tema de la tierra y que la respuesta siempre era para más tarde.

Imágenes de los trabajadores de la cooperativa en Marinaleda.
Imágenes de los trabajadores de las cooperativas en Marinaleda.

La primera propuesta de los cooperativistas es creación de una fundación para las tierras y que no se pueda dividir la sociedad para que el proyecto no se rompa. Sin embargo, esto nunca se llevó a cabo, "la resolución del problema de la tierra en Marinaleda le quita poder a Gordillo", reconocen personas próximas. El principal inconveniente es que los cooperativistas nunca han tenido interlocución con la Junta – ejecutor del desalojo y propietario de las tierras –, siempre ha intermediado el histórico líder comunista.

"La resolución del problema de la tierra en Marinaleda le quita poder a Gordillo"

Sin embargo, y aunque Gordillo terminó mostrándose favorable a la creación de dicha fundación, en 2019 llega un movimiento que provoca cierto enfado entre los trabajadores de las cooperativas. Gordillo maniobra para que la Junta permita al Ayuntamiento de Marinaleda comprar las tierras, ya que están en terreno municipal de Écija, y de esta forma mantener el control. Algo que aceptan los cooperativistas, siempre que haya una cesión. Pero la pandemia lo paró todo y el futuro de los trabajadores se mantiene en el aire debido a la orden de desalojo que acusa a los cooperativistas de no haber cumplido con la parte de comprar la tierra.

"Creemos que Gordillo no lo va a arreglar. Estamos dispuestos a comprar la tierra", afirman algunos afectados que también señalan que han visto en esto una oportunidad de dar un paso adelante y ser interlocutores válidos, aunque hacen hincapié en que no es desde la crítica a Gordillo, al que muchos siguen adorando. Otros, por su parte, señalan que si hubiera una alternativa medianamente seria, "Juan Manuel perdería las próximas elecciones".

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Una de las fábricas que se vería afectada.

Los cooperativistas dejan claro que cumplen todos los requisitos, incluso de financiación para hacerse con la propiedad de las tierras. Eso sí, ni Gordillo les permite ser interlocutores, ni la Junta – la delegación de Agricultura – acepta a alguien que no sea el alcalde del pueblo para la negociación. Los trabajadores no entienden la actitud de la delegada de Agricultura. Los representantes, incluso, hablan de buena sintonía con los técnicos de la administración andaluza, pero manifiestan un boicot del Ayuntamiento al no acudir a las reuniones a tres bandas. "Los técnicos han llegado conclusión de que no se puede con Gordillo", llegan a responder.

"Nadie lo va a traicionar, ni va a hacer una cosa que no le vaya a favorecer"

Los cooperativistas no entienden el miedo de Gordilllo, "lo que no tiene lógica es que el cree que los cooperativistas van a tener una estrategia distinta", avisan sobre el uso de la tierra. "Tiene el convencimiento de que el poder está en quien controla la tierra", explican al mismo tiempo que defienden que "nadie lo va a traicionar, ni va a hacer una cosa que no le vaya a favorecer".

Los cooperativistas no se niegan a que las tierras las compre el Ayuntamiento, pero piden que se haga lo antes posible. Eso sí, a través de una fundación sería más barato el precio por los descuentos que haría la Junta de Andalucía por las inversiones ya realizadas. No obstante, algunos asumen que Sánchez Gordillo "en el fondo" no quiere comprarlas y que sólo es una estrategia para alargar su poder, "se aprovecha de que la gente crea que si no está Juan Manuel perdemos la tierra".

Aunque el desalojo no se ha producido aún, el problema económico ya se nota en lo que es la mayor empresa de la comarca ya que debido a la incertidumbre se están encontrado con la negativa de varios proveedores. Además, desde la cooperativa temen que la inacción del Ayuntamiento provoque que la tierra acabe en manos de un fondo buitre.

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Terrenos de El Humoso.

Jesús Sendra, el abogado de los cooperativistas, señala que la cooperativa cumple los requisitos para renovar la concesión de las tierras, aunque el procedimiento judicial se encuentra en una fase muy primaria dentro del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía debido a que son ocho cooperativas distintas, a la espera de que se puedan acumular en un único procedimiento.

Sendra ve difícil que con Gordillo al frente se pueda solucionar el asunto e, incluso, cree que si el Ayuntamiento se acaba personando en el caso que busca frenar la orden de desalojo, lo haría con una "postura contraria a los cooperativistas y cercana a la Junta. No creo que fuera a mejorar el escenario".

Como mínimo vislumbra un año y medio de pleito, si no se llega a un acuerdo antes para la propiedad de los terrenos, pero los afronta con optimismo, "de momento no va a haber desalojo, va a seguir todo igual". Además, señala una buena sintonía entre las partes y coordinación con los letrados de la Junta, pero ni la delegada de Agricultura ni Sánchez Gordillo parecen por la labor de buscar una salida que beneficie a los trabajadores.

Sobre el autor:

Emilio Cabrera.

E. C.

Periodista.

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