La historia de Manuel es la de muchos migrantes que llegan a España en busca de un futuro mejor. Llevaba más de 20 años vendiendo pañuelos en los semáforos de Sevilla. Normalmente, se colocaba en la glorieta de San Lázaro, donde hace unos días aparecía una corona de flores que anunciaba su fallecimiento: "Manuel, siempre en nuestros corazones".
Una muerte lejos de su tierra, separado de su familia, que ha roto el alma y el corazón de muchos ciudadanos que se encontraban a diario con Manuel. Una de esas personas, Eva María Macías del Valle, ha querido dedicarle unas últimas palabras a un hombre que siempre le preguntaba, con una sonrisa en el rostro, por su madre y su hija.
"Es cierto que a veces le decía en tono de broma: 'Manuel, ¿pero cómo te voy a comprar pañuelos si no tengo para llegar a final de mes' y Manuel me respondía con su carita de color chocolate: 'La cosa está mu negra'. 'Mu negra', decía y me hacía sonreír y arrancarme unas risas en los peores momentos de la enfermedad de mi mami", relata Eva María, compañera de 7 TV Sevilla.
En un escrito muy emotivo, destaca. "Hoy faltan paquetitos de Renova para secar mis lágrimas y las de toda la Glorieta Plus Ultra. Te has marchado sin despedirte. Partiste como mi padre, casi de golpe, y mi alma transita por los alrededores del Hospital de San Lázaro, el más antiguo de Europa tratando de hallar un atisbo de ti. Mi sensibilidad extrema me hiere y lastima mi alma como si quisiera conversar con los que ya no están en lo más profundo del océano".
Eva María llora la ausencia de Manuel. "La Glorieta Plus Ultra se ha quedado desolada, huérfana de ruido. Ya no suenan los cláxones desesperados cuando tratabas de vender tus pañuelos golpeando los cristales de los conductores. Ahora sí, lloro tu ausencia porque mi rotonda favorita, la de San Lázaro se ha quedado inhóspita, sin tu presencia física. Pese a todo el dolor que me hace añicos la garganta, sé que me ves desde los cielos y ahora conversas con mis dos padres y estás muy cerquita de Dios".
La compañera le dedica a Manuel su canción preferida, una de Antonio Machín. "Llorando y sonriendo a la vez, cierro los ojos y te recuerdo bajo el sol con tu eterna sonrisa en la rotonda de San Lázaro. Va por ti mi más sentido homenaje al que se suma mi mami, Virtudes, que pese a la enfermedad del olvido ha sentido tu pérdida".


