El último día de trabajo no se le olvidará nunca a José Antonio de Paz ni a la turista asiática a la que le salvó la vida. Este joven sevillano, de 24 años de edad, compaginaba sus estudios con su labor como auxiliar de turismo de la Catedral de Sevilla.
Recién graduado en Medicina, este joven vivía este pasado miércoles su último día laboral en su puesto en la Catedral hispalense, donde una mujer sufrió un infarto que pudo haberle costado la vida de no ser por la rápida actuación de José Antonio.
Cinco desfibriladores en la Catedral
Desde el año 2007, la Catedral hispalense cuenta con cinco desfibriladores y es un espacio cardioprotegido. "No hay cosa más importante que salvar la vida de una persona. Si hay una reacción temprana, se puede salvar”, ha destacado el joven a Canal Sur.
Con las temperaturas rozando los 40 grados, al principio pensaron que la mujer, una turista china de algo más de 70 años, había sufrido un golpe de calor. Uno de los empleados llamó a José Antonio, que intervino con rapidez. La mujer había perdido el conocimiento y dejado de tener pulso. La rápida respuesta en la reanimación cardiorrespiratoria fue clave para que la mujer fuese recuperando las constantes vitales.
Una intervención vital
Actuar con rapidez ante un infarto fuera de un entorno hospitalario puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Según datos del Consejo Español de Resucitación Cardiopulmonar, cada minuto que pasa sin asistencia reduce en un 10% las posibilidades de supervivencia. Por eso, contar con espacios cardioprotegidos y personal formado en primeros auxilios no es solo recomendable, sino vital.
La intervención inmediata, como la realizada por José Antonio, permite mantener el flujo de oxígeno al cerebro y al corazón hasta la llegada de los servicios sanitarios. En lugares concurridos, como monumentos turísticos, esta preparación puede evitar tragedias.


