Un grupo de 44 usuarios de los centros de participación activa (CPA) para personas mayores de la provincia de Sevilla ha tenido la oportunidad de disfrutar de una peregrinación al Camino de Santiago durante seis noches y siete días. Estos días intensos de ruta, con un total de 113 kilómetros recorridos, han sido una oportunidad para disfrutar de buena compañía, hacer ejercicio físico y contemplar paisajes que quedarán grabados en la memoria de todos. Esta iniciativa, que comenzó en 2015 y tuvo que interrumpirse debido a la pandemia, ha sido retomada este año.
La Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad de la Junta de Andalucía ha respaldado esta peregrinación como parte de su apuesta por el envejecimiento activo, la convivencia entre los usuarios de los CPA y la práctica de ejercicio físico. La consejería ha financiado el viaje en autobús y ha proporcionado gorras y camisetas a los 44 caminantes. Además, han sido acompañados en el recorrido por profesionales de la empresa Aventura-t y de la Junta. Entre los representantes de la consejería que han participado se encuentran Pedro Díaz Solís, director del CPA de Lora del Río e impulsor de la iniciativa; Ignacio Vinuesa Teba, director del CPA Camas; Belén Sánchez Pérez, asesora técnica del Servicio de Gestión de Servicios Sociales; y Teresa Sánchez Domínguez, jefa de servicio de Gestión de Servicios Sociales.
Pedro Díaz, impulsor de este proyecto, se muestra satisfecho por retomar esta iniciativa después de la pandemia. Gracias a este viaje organizado y con la presencia de tres monitores durante toda la ruta, personas con limitaciones que no podrían hacer el Camino por sí solas tienen la oportunidad de disfrutarlo. "Son protagonistas de una experiencia más que enriquecedora y nadie vuelve del Camino de Santiago siendo el mismo", afirma. Para Pedro Díaz, el "flujo de emociones" que se experimenta durante el camino convierte esta peregrinación en una "experiencia única". El grupo partió de Sevilla el 7 de julio y regresaba el domingo 16.
Durante el tercer día de la ruta, se celebra un encuentro en el que cada persona comparte sus expectativas y vivencias durante el camino. Según el impulsor de esta iniciativa, este momento es "muy bonito y emotivo". Pedro Díaz realizó el camino por sí mismo para comprobar si era factible para los usuarios de los CPA, y después de verificarlo, presentó el proyecto y comenzó esta aventura.
Aunque la acogida ha sido muy positiva a lo largo de los años, la pandemia ha dejado ciertos reparos a la hora de viajar. Por ello, Pedro Díaz anima a las personas mayores a retomar sus relaciones personales y a que estos viajes recuperen el vigor de las primeras ediciones. "Todos lo pasamos muy bien durante estos días de convivencia", comenta. Durante las rutas, los participantes llevan consigo una pequeña mochila con lo necesario.
Teresa Sánchez, jefa de servicio de Gestión de Servicios Sociales de la Consejería de Inclusión Social, destaca que este tipo de actividades buscan fomentar el envejecimiento activo, retomar las relaciones sociales interrumpidas por la pandemia y compartir experiencias de vida. "Tienen la oportunidad de disfrutar del Camino Inglés y pasar momentos de compañía e incluso de silencio y reflexión", asegura.
Por su parte, Araceli Sánchez Díaz, una de las peregrinas del grupo de Sevilla, de 74 años, ha realizado el Camino de Santiago por cuarta vez gracias a la consejería y a los profesionales de Aventura-t. Según ella, la experiencia ha sido sumamente positiva. Destaca que las personas mayores que se planteen participar en esta actividad no deben dudarlo, ya que van muy protegidas y cuidadas. Durante las caminatas, hay un profesional al frente, en el medio y en la cola del grupo para asegurarse de que todos puedan seguir el ritmo y se encuentren bien. "Al ir con gente de la misma edad, es muy tranquilizador, vamos al mismo ritmo y en todas las veces que he ido no ha habido ningún problema", señala Araceli. Destaca también la emoción y la intensidad de vivir el momento en que se llega al final del Camino de Santiago.
Los Centros de Participación Activa para personas mayores de la Junta de Andalucía son un servicio consolidado y apreciado gracias al compromiso de sus usuarios, socios y profesionales. Con actividades diversas, espacios de encuentro, aprendizaje y, sobre todo, momentos para compartir y combatir la soledad no deseada, se convierten en un estímulo indispensable en el camino que los participantes deben recorrer.


