El ficus de San Jacinto, ¿victoria o muerte? El último peligro, dice el Ayuntamiento, es una 'regada popular'

Una plataforma convocaba a acudir con garrafas ante el temor de que el ejemplar no tenga agua suficiente. El gobierno local advierte que el problema está en que no hay savia suficiente

El ficus de San Jacinto, en Sevilla, posee un estado preocupante.
El ficus de San Jacinto, en Sevilla, posee un estado preocupante. MAURI BUHIGAS

El Ayuntamiento de Sevilla ha alertado del riesgo de una convocatoria encabezada por la plataforma que se movió hace casi dos años para salvar el ficus de San Jacinto. Es un intento para proteger el ejemplar, en el corazón de Triana, que se convirtió en un símbolo en Sevilla de los ejemplares únicos que tiene la ciudad. Pero hay un problema con la última propuesta: es un riego colectivo ("lleva tus garrafas", dice la convocatoria). ¿Qué está sucediendo en San Jacinto?

Como se recordará, en 2022 se produjo un intento de apeo, para lo que se produjo una poda de la copa. La razón: el temor por parte de la iglesia de que las raíces estuvieran afectando los cimientos del templo. Como explicaba fray Javier hace unos meses: "Yo sigo pensando que es un error, aunque haya habido acuerdo. Porque este ficus es como tener un pingüino en una jaula de jilguero".

El gobierno municipal actual se ha hecho cargo del mantenimiento del árbol. Los técnicos de Parques y Jardines han diseñado una fórmula para que el ficus recupere vida. Pero ya sea por la persistente sequía de los últimos tiempos, o porque el intento de tala a medias fue excesivamente dura para el árbol, lo cierto es que en apariencia no parece un árbol sano.

La desconfianza del grupo de vecinos, a través de una plataforma, que ha seguido de cerca el estado del ficus de San Jacinto, había convocado para este 7 de mayo por la tarde un riego colectivo, con garrafas, un acto simbólico. "¿Alguien vio regar el ficus alguna vez?", se preguntan. La respuesta general es que no, en las redes sociales de la plataforma. Esa protesta ha quedado congelada, "a falta de permisos administrativos" para celebrarla algo más adelante, aún sin fecha.

El Ayuntamiento ha advertido de que no es ideal esta protesta, y que regar el árbol así puede traer consecuencias negativas. "Regar sin un control técnico puede aumentar el deterioro que padecen los tejidos afectados del ejemplar como consecuencia del intento de apeo en 2022", ha indicado la delegada de Parques y Jardines, Evelia Rincón. 

Para ello, aduce informes que señalan que "un exceso de riego en la base del árbol puede perjudicar su integridad". "La zona basal y del cambium del tronco y ejes principales de las orientaciones Sur y Este están sufriendo un fuerte deterioro en la integridad de sus tejidos que puede aumentar si se le aplica un riego sin control técnico".

El problema es que, parece, se está secando. "La falta de masa foliar sobre estas zonas se debe, según el informe elaborado, a que no se está produciendo paso de savia por el decaimiento de los tejidos responsables del intercambio, tanto del floema como del xilema, y no por la falta de agua". Es decir, lo que en apariencia parece obvio, que el árbol se está secando, es real, pero ya no por falta de agua. 

Y abunda más Rincón: "El ficus está sometido a un riguroso control de riego por nuestro experimentado equipo técnico y el aporte de agua no responde a un suministro de calendario sino a la capacidad de campo del volumen de suelo en el que se albergan las raíces".

Por tanto, no es tan sencillo, según el Ayuntamiento, como la necesidad de regar el árbol, algo que se está haciendo. El problema es mucho más profundo, y es que este ejemplar, que sería centenario -aunque la Iglesia no lo tiene claro-, no está pasando por su mejor momento. 

¿Fue el intento de tala la condena definitiva para el ficus de San Jacinto, aunque esté tardando años en agonía? Si es así, el gobierno local asegura que está haciendo lo posible para evitarlo. Los estudios, y la frecuencia con la que están actualizando el estado del árbol trianero, así lo demuestran. 

Lo que no hay que olvidar es el sentido simbólico de este árbol para muchos vecinos. Un árbol con el que se fueron criando sus abuelos, sus padres y ahora esos nietos, e incluso alguna generación anterior. Un árbol de toda la vida en un barrio, Triana, y especialmente el entorno de calle San Jacinto, donde cada vez menos cosas se parecen a lo que fueron tiempos atrás. Desde negocios a vecinos, entre tanto piso turístico, entre tanta nueva atracción. Ahí, lamentan los vecinos, cada vez queda menos espacio para los trianeros. Y para sus árboles emblemáticos. Por todo ello, este ficus es especial. 

Sobre el autor:

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Pablo Fdez. Quintanilla

Licenciado en Periodismo y Máster en Comunicación Institucional y Política por la Universidad de Sevilla. Comencé mi trayectoria periodística en cabeceras de Grupo Joly y he trabajado como responsable de contenidos y redes sociales en un departamento de marketing antes de volver a la prensa digital en lavozdelsur.es.

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