La petición de retirada de rótulos cerámicos tradicionales en comercios del Barrio de Santa Cruz ha encendido una fuerte polémica en Sevilla. Todo, después de que Urbanismo asegurara con documentos este viernes que era "un bulo". Pero los expedientes de comercios, algunos de los cuales han sido consultados por lavozdelsur.es, revelan que Urbanismo sí pidió a comerciantes la retirada. En esos expedientes, firmados por el delegado Juan de la Rosa y por el gerente, Fernando Vázquez, reflejan que la orden de desmontar elementos de sus fachadas, incluidos azulejos identificativos, por no ajustarse a la normativa vigente.
Uno de los casos más comentados es el de un comercio en calle Jamerdana número 2, que desde 1998 luce un mural cerámico pintado. Pese a su estética tradicional, Urbanismo lo ha catalogado como “rótulo” y, por tanto, sujeto a retirada. Un primer documento en junio y una respuesta a alegaciones de julio son claros. La orden, según el propio cartel de denuncia puesto por la propiedad esta semana, daba 10 días para eliminarlo, bajo amenaza de sanciones y ejecución subsidiaria. “Quieren que quitemos estos azulejos tradicionales y pongamos nuestros nombres con acero”, denuncian desde la tienda, en un vídeo de la Asociación de Comerciantes del Barrio de Santa Cruz. No es un caso aislado. Otros negocios, como Cerámica Venerables, también habrían recibido notificaciones para retirar no solo sus rótulos, sino incluso planos e historias en cerámica del barrio.
El PSOE de Sevilla ha exigido frenar estas actuaciones y acusa al alcalde José Luis Sanz de “falta de sensibilidad” y “desinterés por el patrimonio”. El concejal socialista Nacho González recuerda que en el anterior mandato “las normas se aplicaban con diálogo” y que ciertos azulejos de calles como Mateos Gago o Rodrigo Caro se salvaron tras alegaciones.
Refriega política
El Ayuntamiento, sin embargo, niega que se pretenda eliminar cerámicas con valor artístico. “Es un bulo”, aseguraban fuentes municipales, que insisten en que la medida busca reducir la contaminación visual y ordenar escaparates y expositores en zonas protegidas. Pero esos documentos de Urbanismo son claros: sí se ha pedido retirar las cerámicas. Otra cosa es que ahora haya rectificado y cambiado su criterio. Desde Urbanismo recalcan que cada caso se evaluará de forma individual y que se preservarán los elementos con “singularidad”.
Mientras tanto, en redes sociales la controversia crece. Entre acusaciones políticas y desmentidos oficiales que ahora han decaído en credibilidad. Tras la primera denuncia pública realizada el jueves por la noche, a primera hora del viernes el Ayuntamiento trató de poner contexto, indicando que todo era mentira. Pero los documentos son claros. El bulo, parece, era de Urbanismo.
