El siluro, el bagre, muy popular en Estados Unidos, un pez exótico e invasor que puede llegar a medir hasta dos metros y a pesar hasta 200 kilos, se ha hecho fuerte en el río Guadalquivir, desde que hiciera acto de presencia por primera vez en 2021, a la altura de Alcalá del Río, en Sevilla, a unos 80 kilómetros de Sanlúcar, donde desemboca el cauce.
La aparición en el Guadalquivir de este gigante de las aguas dulces ya fue constatada por un estudio que impulsó el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco), y coordinó la Universidad de Córdoba. A día de hoy, ya no es una amenaza, sino una preocupante realidad diaria para la preservación del ecosistema del gran río de Andalucía.
Una situación que ha llegado al Congreso
La diputada sevillana Reyes Romero, representante de Vox en el Congreso, ha llevado hasta la Cámara baja la voz de alarma por una serie de amenazas ecológicas que golpean a la provincia de Sevilla.
En recientes preguntas parlamentarias registradas, la política ha denunciado la "alarmante presencia" de un pez depredador invasor en el río Guadalquivir, así como la contaminación por hidrocarburos que sufren vecinos de Coria del Río.
Además, reclama explicaciones sobre las obras hidráulicas pendientes para proteger el agua en Doñana y otros municipios. Romero advierte que se trata de un grave peligro ambiental para los ecosistemas fluviales y la salud pública, ante el que exige medidas urgentes y efectivas.
El foco de preocupación es la proliferación del siluro, un pez gigante originario de Europa del Este que ha sido introducido ilegalmente en España. Este depredador, capaz de alcanzar gran tamaño, se ha expandido por el Guadalquivir hasta llegar incluso a la altura del Puente de las Delicias en Sevilla capital, aprovechando la dársena del río.
La diputada alerta de que su población "es cada vez mayor" y constituye un grave peligro para el ecosistema fluvial por su rápida capacidad reproductiva y voracidad. Cabe recordar que el siluro figura en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, según el Real Decreto 630/2013, lo que evidencia la seriedad de esta invasión biológica en aguas andaluzas.
Romero ha preguntado al Ejecutivo "si el Gobierno tiene previsto alguna medida para evitar la proliferación de siluros en el Guadalquivir, ya que tanto presume de ecologista". La parlamentaria contrapone la pasividad gubernamental con la actitud de su formación, afirmando que en Vox "estamos atentos a lo que sucede en el día a día, escuchamos a los vecinos y hacemos política con previsión y sentido común". Con esta pulla, la diputada sevillana sugiere que mientras las autoridades presumen de verde, es su partido el que vigila sobre el terreno esta amenaza ambiental creciente en el río.
Vecinos intoxicados
Otro frente ecológico que Reyes Romero ha llevado al Congreso se refiere a la calidad del agua en Doñana y varios municipios sevillanos. La diputada ha registrado preguntas sobre el programa de obras e infraestructuras anunciadas por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) para mejorar las aguas en la región.
El tercer gran eje de sus denuncias pone el foco en la contaminación que sufren los vecinos de la barriada Guadalquivir, en Coria del Río. Reyes Romero ha mostrado su apoyo expreso a estos sevillanos afectados por un vertido de hidrocarburos procedente de una gasolinera local, cuyos escapes han contaminado tanto el subsuelo como las aguas cercanas.