Así era el soberbio altar eucarístico desaparecido de la Catedral de Sevilla

Un estudio revela su historia y composición, una estructura efímera de 35 metros y cuatro cuerpos, coronada por un Calvario

Recreación virtual del monumento
Recreación virtual del monumento RAÚL FERNÁNDEZ Y MIGUEL SALAZAR / CATEDRAL DE SEVILLA
27 de octubre de 2025 a las 18:02h

La Catedral de Sevilla ha dado a conocer un estudio dedicado al desaparecido Monumento Eucarístico que se erigió en el trascoro del templo. Esta colosal estructura efímera, de 35 metros de altura y cuatro cuerpos, se hasta la década de los cincuenta del siglo XX, cuando desapareció, aunque aún hoy puede apreciarse su planta marcada en la solería de la catedral.

Entre 1688 y 1689, el monumento fue restaurado por el escultor Francisco Antonio Ruiz Gijón y el pintor malagueño Miguel Parrilla. Según detalla el estudio, Ruiz Gijón realizó el Crucificado y los ladrones, además de retocar las figuras existentes, renovar los ropajes, perfeccionar las cabezas y tallar nuevas manos en madera para todas ellas.

Cuatro cuerpos y un Calvario coronando

El primer cuerpo del monumento albergaba la Custodia, en cuyo interior se exponía el Santísimo Cuerpo de Cristo, dispuesto como en un magno sepulcro. El segundo nivel estaba presidido por una imagen de Cristo Salvador, rodeado de profetas y alegorías.

En el tercer cuerpo se situaba un Cristo atado a la Columna, una pieza que aún se conserva en la Catedral, acompañado de figuras como san Pedro llorando tras la negación, Salomón, la Reina de Saba, el Sacerdote del Concilio, el sayón que abofeteó a Cristo, Abraham, Isaac y el soldado que jugó con la túnica del Señor.

El cuarto cuerpo coronaba el conjunto con un Calvario, en el que Cristo aparecía flanqueado por los dos ladrones, con la Virgen y san Juan a sus pies. Parte de este grupo escultórico aún puede verse en el trascoro, sobre la Puerta de la Asunción.

Grabado del monumento realizado en Amberes por Pedro Baltasar Bouttats.
Grabado del monumento realizado en Amberes por Pedro Baltasar Bouttats.

Un altar efímero y de gran complejidad

Estos monumentos de Semana Santa, destinados a la reserva y adoración eucarística tras los Oficios de Jueves y Viernes Santo, representaban grandes montajes litúrgicos que se realizaban con un carácter efímero. En el caso de Sevilla, este altar eucarístico mantenía una estrecha relación con las cofradías que realizaban estación de penitencia.

Según el estudio, la historia del Monumento Eucarístico es compleja y podría remontarse a finales del siglo XV. A mediados del XVI, el arquitecto Hernán Ruiz diseñó un modelo que no se conservó. El que sobrevivió hasta los años sesenta del siglo XX se data en torno a 1594, compuesto por tres cuerpos a los que se añadió un cuarto en 1624.

Además de su estructura arquitectónica, el conjunto incluía 23 esculturas alegóricas y un Calvario. Las imágenes fueron encargadas a los escultores Marcos Cabrera, Blas Hernández y Juan de Guerola, nombres destacados del arte sevillano de la época.

La desaparición del monumento se debió a varios factores. En primer lugar, su complejidad logística, ya que el montaje y desmontaje requerían semanas de trabajo y seguían un orden muy estricto. En segundo lugar, los cambios litúrgicos introducidos tras el Concilio Vaticano II, que simplificaron las ceremonias y eliminaron estas grandes estructuras de carácter escenográfico.

Entre 1688 y 1689, el monumento fue renovado nuevamente por el pintor Miguel Parrilla, según recogen las actas capitulares, donde también se documentan los pagos al imaginero Francisco Antonio Gijón, encargado de renovar las imágenes. Entre las figuras nuevas que talló se encontraban el Crucificado y los dos ladrones del Calvario que culminaba la obra.

Sobre el autor

KIKO ABUIN 1

Kiko Abuín

Ver biografía

Lo más leído