En una de las últimas semanas del curso académico, las familias del CEIP Borbolla, situado en en barrio sevillano de Nervión, acudieron al centro educativo con pulverizadores para denunciar la situación que estaban viviendo con la subida de temperaturas. Clases a casi 40 grados pese a la ley de bioclimatización que aprobó el Parlamento de Andalucía y sin esperanzas de que haya una mejora debido a que la instalación eléctrica del edificio tiene un siglo.
Ahora, una vez finalizado el curso, la directora Norma Mora ha dimitido de sus responsabilidades por "motivos personales", según ha adelantado Diario de Sevilla. En las últimas protestas, las madres y padres señalaron al equipo directivo, al que acusaron de no asumir competencias ni responsabilidades a la hora de buscar soluciones para la situación que vivían los menores cada día.
La protesta
"Estamos intentando que renueven la instalación eléctrica porque tiene 100 años y no aguanta el aire acondicionado", manifestó Sara Albelda, una de las vocales del AMPA del centro. Según esta madre de mellizos, los pingüinos que han comprado el colegio y el propio AMPA no son suficientes en Sevilla. "El fresquito solo llega a la primera fila. Todos tienen derecho a estar fresquitos como cualquier persona en su despacho", añadió durante la última protesta que se llevó a cabo.
Las temperaturas que se registraron en Sevilla al cierre del curso escolar 2024/2025 superaron los 40 grados y revivieron las críticas del colectivo 'Escuelas de Calor' hacia las deficiencias en la climatización de los centros educativos públicos andaluces. La plataforma, integrada por familias y asociaciones de madres y padres, insiste en que los sistemas de refrigeración adiabática instalados en algunos colegios resultan ineficaces y suponen un riesgo para la salud si no se someten a un mantenimiento adecuado, aludiendo a posibles focos de legionela y enfermedades respiratorias.