Una organización formada por integrantes de una misma familia que se dedica a la explotación laboral de decenas de ciudadanos extranjeros en situación de precariedad ha sido desarticulada en la provincia de Sevilla.
Cinco han sido en total los detenidos, a los que se les imputan los delitos contra los derechos de los trabajadores, contra los derechos de los trabajadores extranjeros y pertenencia a organización criminal.
Todas las víctimas coincidían en destacar el nombre de la persona para la que trabajaban y las condiciones económicas, paupérrimas, sin contrato y sin ser dadas de altas en la Seguridad Social.
Los agentes de la Policía Nacional que han llevado la investigación lograron identificar a los integrantes de esta organización, que tenía un claro reparto de tareas: desde la captación de los trabajadores, el transporte hasta las fincas agrarias y, una vez allí, el control en el campo por los capataces.
Estos trabajadores eran hacinados en viviendas de la propia organización situadas en Villanueva del Río. Los trabajadores vivían en condiciones deplorables, con hasta trece personas en tres habitaciones.
Los detenidos trasladaban a los trabajadores en furgonetas, en las que viajaban hasta 15 personas, y les cobraban cinco euros por cada porte. Dinero que se descontaba del salario total.
Una vez en el campo soportaban jornadas interminables, sin derecho a descanso y obligados a trabajar aunque estuvieran enfermos.
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