Antonio tiene 25 años y lo único que quiere es una casa donde poder vivir pagando un alquiler. Mañana lo echan de su hogar, donde vive solo desde hace siete años, cuando su madre se marchó. En un principio convivió con su hermana, diez años mayor que él, pero inmediatamente tuvo que enfrentarse a la vida adulta siendo tan solo un niño de 16 años, edad a la que también se puso a trabajar.
El lanzamiento está previsto para mañana, a las 10h, en el número 14 de la calle Fray Tomás de Berlanga de Triana. Este joven pide empatía y difusión a su caso, porque no quiere verse en la calle. "No quiero dinero ni dar pena, sino que se vea el reflejo de la sociedad, porque no solo soy yo, sino el hombre de 80 años al que echan de su casa o la mujer con dos niños que dejan sin hogar", lamenta.
Antonio habla con la templanza de quien peina canas. Su madre los abandonó cuando él cumplió 18 años. "Yo vengo desde abajo y se lo que cuestan las cosas. Soy hijo de una prostituta y de un cliente bastardo. Y no me canso de luchar porque llevo toda la vida luchando", afirma sincero. El joven lamenta haber sido engañado por su hermana, ya que le hizo creer que, desde 2017, la casa donde vive era de su propiedad.
En septiembre de 2021 le llega la primera notificación de desahucio, a lo que la hermana le responde que "esa es la realidad" y que no puede devolverle el dinero que pagó de la supuesta compra del piso. Además, Antonio ha averiguado que la vivienda pertenece al fondo de inversiones Propco SL, con 175 empresas valoradas en más de 7 millones, además de tener un alto porcentaje de propiedades en Sevilla, según sus pesquisas.
"Estaba esperando el procedimiento judicial a mi nombre, pero me encontré con la sorpresa de que todavía estaba a nombre de mi hermana", cuenta. "Desconozco si ella tiene deudas o le han embargado la casa, porque yo siempre le pagué mi alquiler y la parte que supuestamente me correspondía de la casa", explica con la voz cansada y añade: "A ojos del juzgado de Sevilla, soy un ignorado ocupante que se va a la calle el día 21".
Antonio lleva siete años en esa casa "sin ningún problema, sin que nadie me tocara a la puerta, sin que nadie me dijera que me tengo que ir". Para ello, lleva tres años sin días de descanso, sin vacaciones porque las trabaja y echando horas siempre que puede. Actualmente tiene trabajo, pero no se cierra a otra oferta de 40 horas donde también pueda echar horas extra. No quiere verse en la calle con su perro Niñato y sus dos gatas Ivory y Ebony, quienes cuando todo el mundo le falló, dice, "ellos se quedaron".
El joven, que lleva días sin apenas comer ni dormir, hace un llamamiento a la ciudadanía para que mañana, 21 de enero, a las 9 de la mañana, le apoyen para impedir el desahucio. No obstante, insiste en que busca una casa para pagarla, "no pide nada gratis", incide. Ha pedido ayuda a la asistenta social, pero al no tener hijos le deniegan la vivienda. Reconoce haber realizado todas las gestiones posibles, pero no encuentra alternativa. "Y si alguien de ahí arriba tiene el poder, que mire un poquito para abajo", concluye Antonio, que confía en la solidaridad y visibilización de su caso y del resto de personas que se encuentran en una situación similar.
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