Al final, como se suele decir, prácticamente ha quedado en un susto. Pero qué susto. La carpa que funciona como planetario-cine instalada en la Alameda de Hércules, en Sevilla, que se ha venido abajo con un grupo de niños de un colegio cercano podría haber sido el lugar de una tragedia. No ha sido así, por fortuna. Y por la rápida intervención de quienes andaban por la zona.
Entre ellos estaba Daniel, un camarero en el restaurante Maestro Rufino, un local que lleva abiertos tres años en esta zona hoy en día típica de turistas. Sobre las 12:30 horas, estaba montando las mesas de cara al servicio de almuerzos cuando notó un estruendo.
Actuó rápidamente. "Todo ha pasado muy rápido", explica a lavozdelsur.es sobre los momentos de tensión iniciales y la forma en que acudió a ayudar. Y ha sido clave para el rescate de una niña. Debajo de una barra de la estructura metálica, se encontraba una de las estudiantes de alrededor de 12 años que estaban en la excursión escolar.
"La lona estaba haciendo presión, ella estaba asustada", explica. La chica tenía las piernas atrapadas y una lona con agua de lluvia sobre ella, "como si fuera una piscina".
Por eso, había que actuar rápido. Y Daniel se ha partido "por la mitad un diente" al arrancar a bocados la lona. Ni siquiera ha esperado a buscar un cuchillo o algún otro cortante.
Todo, además, cuando la carpa acababa de caer, por lo que, quizás sin pensarlo demasiado, se ha atrevido a acercarse a una estructura que no se sabía si podría seguir desplazándose por el viento, si podría caerle encima algún otro elemento. "Dentro de mis posibilidades, me gusta ayudar y ser mejor persona", explica sobre la situación vivida.
Una vez que ha conseguido abrir la lona, junto a otras dos personas, ha sido capaz de levantar de forma correcta la barra metálica, explica, para que la chica sacara las piernas y pudiera ser atendida.
"Al final, creo que tenía más el susto que el daño físico. Se le notaban las piernas entumecidas, pero parece, porque no lo sé, que ha sido todo un susto".
Alrededor de una hora y media después del suceso, nadie de la investigación se había acercado a hablar con él. Dejando claro que es solo su punto de vista, cree que "puede haber sido por el viento y el peso del agua" sobre la carpa.
De hecho, "otros años se ha puesto en otra zona. Pero aquí está en una zona donde, creo, recibe más viento".
Preguntado si, a pesar de todo, iba a trabajar, Daniel ha señalado que sí. "¿Que si me merezco descansar? También se merece la gente comer", dice este empleado. Un héroe que sin saber qué podía pasar se ha arriesgado y hasta ha perdido un diente para rescatar a una chica.L
La carpa tenía todos los papeles en regla
El Ayuntamiento de Sevilla ha informado al inicio de la tarde de este jueves que la carpa contaba con todos los documentos en regla. "La actividad estaba en orden y legalizada, con los permisos y autorizaciones en regla, habiendo obtenido, por parte de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla, Licencia de ocupación de vía pública el 1 de febrero y Licencia de actividad ocasional el día 8 de febrero", indican desde el Consistorio.
Asimismo, "consta informe favorable tras visita de inspección por parte del Servicio de Prevención y Extinción de Incendios". Fuentes del gobierno local atribuyen el suceso "a la lluvia y el fuerte viento".
Alrededor de las 12:30 horas, según la Aemet, en la estación del aeropuerto de Sevilla se han alcanzado rachas cercanas a los 50 kilómetros por hora, con un viento sostenido de unos 30 kilómetros por hora. Una cifra importante. Unas cifras similares arroja la estación meteorológica de Zaudín, en la cerca localidad de Tomares.
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