El Archivo Histórico Provincial de Sevilla ha elegido como protagonistas de su iniciativa ‘Documés’ del mes de julio una serie de documentos notariales de incalculable valor que recorren seis siglos de historia. Entre ellos, destaca el acta de apertura del testamento de Hernando Colón, hijo del descubridor de América y uno de los bibliófilos más importantes del Renacimiento. Esta pieza única se une a otras curiosidades como una carta de perdón de adulterio del siglo XVII o documentos sobre la familia Cromberger, pionera en la imprenta en Sevilla.
Estos fondos proceden de los archivos notariales del distrito de la capital hispalense y del municipio de Utrera, bajo custodia estatal y con conservación permanente. La selección se enmarca en la exposición ‘El Palacio de los Archivos’, abierta al público hasta el 20 de diciembre, que se celebra gracias a la colaboración entre el Archivo Histórico y el Servicio de Archivo, Hemeroteca y Publicaciones del Ayuntamiento de Sevilla.
Un bibliófilo con legado eterno
Entre los documentos exhibidos, brilla con luz propia el testamento de Hernando Colón, fechado el 2 de julio de 1539, en el que el hijo del almirante da instrucciones precisas sobre su biblioteca —la mayor de su tiempo—, así como sobre su tumba. En la lápida quería grabado el lema: “A Castilla y León mundo nuevo dio Colón”, rodeado de cuatro libros abiertos con las palabras: ‘Autores, Ciencias, Epítomes y Materias’. Estos eran los catálogos con los que organizaba su monumental colección.
Este fondo cobra aún más valor al conservarse parte de dicha biblioteca en la actual Biblioteca Colombina de la Catedral de Sevilla, joya documental de la ciudad. El testamento demuestra su compromiso con la difusión del conocimiento y su obsesión por la catalogación sistemática.
Una carta de perdón y un legado de imprenta
Uno de los documentos más curiosos del mes es sin duda la “carta de perdón de cuernos”, fechada el 1 de abril de 1625, donde Diego Martín perdona a Juan de los Reyes por haber cometido adulterio con su esposa. Este tipo de escritos servían para evitar procesos judiciales a cambio de una compensación económica y muestran con crudeza las costumbres sociales y jurídicas de la época.
Otro de los protagonistas del ‘Documés’ de julio es Juan Cromberger, figura clave del Renacimiento sevillano, que dirigió una de las imprentas más relevantes de España y fundó la primera imprenta en el Nuevo Mundo. Hijo del alemán Jacobo Cromberger, Juan continuó con el legado editorial familiar desde la actual calle Pajaritos.
El documento seleccionado en este caso es un poder notarial fechado en mayo de 1541, donde Brígida Maldonado, viuda de Juan Cromberger, autoriza a su hijo Jácome a solicitar mercedes para las Indias. Brígida firmó el documento como “la triste Brígida Maldonado”, y durante años gestionó con solvencia el negocio familiar, imprimiendo y vendiendo libros bajo su propio nombre hasta que su hijo asumió la dirección.
Desde 1990 hasta la actualidad, los fondos notariales han llegado al Archivo Histórico por medio de sucesivas transferencias, fruto del acuerdo entre el Colegio Notarial de Sevilla y la Dirección General de Bellas Artes y Archivos del Ministerio de Cultura. Estos legajos, que van desde 1441 hasta 1924, constituyen uno de los conjuntos documentales más voluminosos de España y resultan esenciales para el estudio de la historia social, económica y cultural andaluza.
El volumen de investigadores que acuden al archivo para consultar los protocolos notariales superiores a cien años es prueba de su relevancia. Cientos de publicaciones se basan en estas fuentes para reconstruir la vida cotidiana de Sevilla entre los siglos XV y XX, consolidando estos fondos como la mejor fuente para conocer el pasado urbano de la ciudad.
La iniciativa ‘Documés’, que da protagonismo cada mes a un documento relevante por su contenido o su forma, busca difundir el patrimonio custodiado por el Archivo Histórico Provincial. Entre sus fondos pueden encontrarse desde textos manuscritos únicos hasta planos, grabados, dibujos o fotografías, que ofrecen una ventana fascinante al pasado


