Lascuta, Wadibeca, Mensetheo o Iptuci son algunas de las denominaciones que han tenido poblaciones de la provincia durante su historia, según épocas fenicias, romanas o musulmanas.

A lo largo de la historia, la provincia de Cádiz ha sido ocupada por diferentes pueblos que han forjado su historia. Desde la fundación fenicia de Gadir hasta la actualidad, son muchos los nombres de los municipios, localidades, aldeas que se han ido formando en toda la extensión del mapa gaditano. Nombres que han quedado labrados en piedra en la historia de sus lugares y que a veces se desconocen. Bajo estas líneas hacemos un repaso de siete localidades que en su día tuvieron una importancia destacada y que han ido cambiando su denominación, incluso su ubicación.  

Sidón

En el corazón de La Janda se halla la localidad de Medina Sidonia, cuya importancia máxima en la historia fue alcanzada durante el dominio de su ducado, extendiéndose sus terrenos por gran parte de la comarca. No obstante, los historiadores intentan vincular el origen de Medina a la colonización fenicia de nombre Sidón, cuyo topónimo se asimiló. De lo que sí se tiene constancia es de su pasado romano, bajo el nombre de Asid y posteriormente Asido Caeserina. Cabe suponer para esta etapa la existencia de una explotación territorial —y los consecuentes asentamientos rurales vinculadas a la misma— articulada desde Asido, así como la presencia de elementos propios de la vigilancia, el control y la defensa del territorio, como se documentan en espacios y comunidades cercanas.

En época bizantina se adquiere el nombre de Assidone, pasando a ser un importante enclave, para empezar a labrar su nuevo rol en época islámica. Entonces se convierte en cabeza de la circunscripción territorial, la ‘cora’, de Medina Asidona, siendo en ese momento cuando adquiere la ciudad el epíteto que conserva en la actualidad. 

Lascuta

Poblada desde el Paleolítico, la primera población se erige en la conocida como Mesa del Esparragal, donde se halló el Bronce de Lascuta, que actualmente se encuentra en el Museo del Louvre de París. Lascuta tiene un origen libio-fenicio, pero fue adoptado por el imperio romano y mantenido durante la dominación visigoda. Sin embargo, es ya época musulmana cuando adquiere una parte del nombre más actual, Al Kalat (El Castillo), debido a la fortificación que se erige para vigilar el embalse del río Barbate. De tipología almohade, construida sobre cimentación romana, destaca el asentamiento sobre el cerro de la Coracho y que recibe el nombre citado anteriormente.

El 23 de octubre de 1264 pasa a manos cristinas, adquiriendo el nombre de Alcalá Sidonia, para posteriormente llamar a sus habitantes gazules, según las Crónicas de Sancho IV. El término gazul alude a unas tribus bereberes que se erigían en un lugar, pero también hace referencia a la planta algazul. En definitiva, los dos términos hacen posible la denominación por la que hoy es conocido el municipio jandeño de Alcalá de los Gazules.   

Wadi Bekka (Guadibeca)

En la Sierra del Retín se han encontrado restos que dan a entender la existencia humana durante el Paleolítico. Desde la Sierra del Aljibe hasta su desembocadura en el océano Atlántico, el río Barbate ha sido un referente para la provincia a lo largo de la historia. Tras la época fenicia, dejando huella con el tradicional sistema de pesca de atunes (almadraba), los romanos bautizaron a este río como Baesippo. No obstante, desde el siglo V a.C. los griegos ya mencionaban un producto afrodiciaco procedente de esta zona, el garum. Situado en la desembocadura, Portus Baesippo deja una fábrica de salazones y una destacable industria pesquera.

Siguiendo su propio litoral, en el actual tómbolo de Trafalgar, se erige el promontorio de Juno, lugar donde cuenta la leyenda que Hércules venció al gigante Gerion, dueño de cabezas de ganado autóctona (retinto). Esta zona, Caños de Meca, antes de recibir su actual nombre se le conocía como Bekka y el río cercano como Wadi Bekka. Aunque son algunos los historiadores que lo vincula con el río Salado de Conil, lo mismo que son muchos los que los vinculaban con la provincia de Lakko (refiriéndose a la laguna de La Janda), originándose la conocida Batalla del Wadi Lakko (aunque hoy se vincula más al río Guadalete). Todos estos nombres tiene un origen musulmán, pero antes de ser éstos ser expulsados, ya el nombre a este río se le conoció como Barbat, hasta quedarse Barbate.

Caetaria

Desde el Paleolítico se tiene constancia de la presencia de vida humana en lo que hoy se le conoce como Algeciras. En la ciudad, puerta del Estrecho de Gibraltar, se encontraron restos púbicos en Cala Arenas, y en el lugar donde hoy está construido el Hotel Cristina, se localizaron varias construcciones romanas. En la calle San Nicolás se halló la Villa de Iulia Traducta poblada con ciudadanos procedentes de Tingis y que viene a ser el origen real de la ciudad algecireña. En la barriada de Getares se han localizado restos de construcciones y piletas para la fabricación de garum, hallándose también hornos de cerámica en El Rinconcillo. Portus Albus es una de sus denominaciones, aunque es Caetaria como se le conoce desde que fue nombrado por Ptolomeo en el siglo II y por el Anónimo de Rávena en el silgo VII, con el bombre de Cetraria. Hay que reseñar que la traducción viene de la palabra latina cetus y que viene a significar “pez grande” (de ahí viene la palabra cetáceo).

Aunque, nuevamente, serían los musulmanes los que le dieran el origen de su denominación definitiva, cuando fue refundada como Al-Yazirat Al-Hadra, que traducido resulta “la isla verde”. Con los años se fue apocopando el término para quedarse en el actual, máxime cuando se instala la cora que se convierte en el reino taifa de Algeciras.

Ceret

En La Palomilla, Valcavado y La Granja del Toriñuelo se hallaron restos que confirman la presencia de poblados megalíticos en la zona cercana a Jerez de la Frontera, al igual que las explotaciones mineras que daban fe de la presencia íbera y fenicia. Dirección a Trebujena, hay restos que atestiguan que en la zona se creó una importante ciudad de nombre Asta Regia, que también se vincula a Jerez en un origen tartesio anterior. Algunos investigadores sitúan a esta ciudad en la antigua Ceret fenicia, también conocida como Xera. Una ciudad marítima —cerca de un enorme embalse de agua del río Guadalquivir—, cuyo origen se sitúa en el siglo VII a.C. Cinco siglos después, acuña su propia moneda donde se puede leer la leyenda Cerit con una cabeza de mujer y dos espigas, siendo de naturaleza romana.

Ya en el siglo I, Columela habla del vino ceretano o el propio Estrabón en su viaje por tierras españolas. De Ager Ceretanus (Ceres era una diosa romana de la agricultura) pasó a denominarse la zona Sherish en época de la dominación musulmana, para posteriormente ser reconquistada y llamarse Xeres o Xerez. Debido a delimitar con del Reino Nazarí, se le incluyó el “de la Frontera”, para acabar de adaptarse fonéticamente al término que tiene en la actualidad.

Iptuci

Nombrado por varios historiadores romanos, Iptuci se erigía como una ciudad estipendiaría, que acuñaba su propia moneda. En la actualidad se conservan algunos lienzos de murallas, el cipo funerario en la fachada de la iglesia, y una lámina de cobre del Tratado de Hospitalidad entre la colonia de Ucubi (actual Espejo de Córdoba) y el municipio Iptuci, es decir, Prado del Rey. Tras el paso musulmán, Alfonso X destruyó lo que quedó del poblado. En las citadas monedas aparecen unas ruedas de sable de ocho radios, que son las que aparecen en la zona inferior de la heráldica actual. Precisamente, la parte superior simboliza la cifra de Carlos III, fundador del actual municipio, al colonizarse ciertas zonas despobladas de Andalucía.

Puerto Menestheo

Este nombre adquiere un cariz casi mitológico, ya que hace referencia a un caudillo ateniense que viajó por el Mediterráneo tras la Guerra de Troya, Menestheo. Algunos investigadoras apuntan que se debió situar en lo que hoy es el yacimiento de Doña Blanca, encontrándose en esa época, alrededor de 1100 a.C., la desembocadura del río en ese lugar, frente a las costas de la Gadir fenicia. Ya en la actual ciudad de El Puerto de Santa María, se encontraron restos de la época musulmana de lo que pudo ser nombrado como Portus Gaditanus.

En época islámica, se redujo a una pequeña alquería de paso para el municipio de Sherish (Jerez), con nombres como hasta llegar la reconquista cristiana y pasar a denominarse Amaría Alcanter, Alcanate o Alcanatif, que algunos investigadores traducen como Puerto de las Salinas, Arco o Puente. Fue Alfonso X El Sabio cuando la rebautiza como Santa María del Puerto, siendo éste mismo monarca quien otorga Carta Puebla con el nombre de Gran Puerto de Santa María. Así hasta llegar al actual nombre de El Puerto de Santa María.

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Luis Rossi

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