Nadie diría que mañana martes vaya a ser intervenido, a tenor de la tranquilidad que transmite. Lo que sí es evidente es la nueva pérdida de peso que José María Fernández Cervera ha experimentado en tres meses desde que lavozdelsur.es fuera a visitarlo al Hospital Puerta del Mar de Cádiz. Casi 200 kilos menos desde los 350 kilos que llegó a pesar a unos 160 que puede registrar hoy en día. Eso sí, sin contar la pierna afectada por elefantiasis que acumula muchísimo líquido y que llega a pesar casi 20 kilos, calcula.
Aun así, la movilidad de José Mari asombra. Con su andador todavía, José María se levanta, anda, se sienta en su silla y hasta es capaz de agacharse para coger un batido que se le había caído. “Yo quiero salir de aquí andando sin ninguna ayuda y por mi propio pie”, y su sueño está cada vez más cerca.
A las ocho de la mañana del día de San Juan, José María será intervenido en una operación conocida como cirugía restrictiva gástrica donde reducirán su estómago a más de la mitad de su capacidad. “Estoy tranquilo y estoy seguro de que va a salir todo bien. Me voy a quedar como un fideo”, dice entre risas. Ya lleva tres semanas a base de batidos, que será de lo que se alimente después. Primero tendrá que estar 48 horas en ayunas y luego, agua en traguitos cortos para, a continuación, iniciar la alimentación a través de batidos, también en buches pequeños. Así todo un mes, tras el que podrá tomar caldos, puré y pescado en blanco hasta llegar a comer comida normal. La pauta la tiene clara y la comida ha dejado de ser importante para él. “Si ahora me pusieras una loncha de jamón creo que ni me lo podría tomar. Me sentaría mal seguro”.
Ha recuperado movilidad y ahora anda por la habitación y hasta consigue agacharse
No es ni la comida ni la operación lo que preocupa, sino qué pasará después de todo esto y dónde hará la recuperación. “Lo que no sé es si voy a hacer es todo el proceso aquí en el hospital o me echarán a mi casa”. Y ahí es donde José María cambia hasta el tono de la voz. “Le tengo más miedo a volver a mi casa que a la cirugía”, dice de manera tajante. La que se convirtió en su cárcel, un piso lleno de humedades y sin condiciones para una persona como él, es lo que le quita el sueño.
“No me gustaría volver: esa casa hay que arreglarla, pintarla y acondicionarla. Necesitaría una casa con placa de ducha porque no me puedo meter en la bañera, que fuera un piso bajo o que tuviera ascensor. Eso sí que sería una auténtica nueva vida, que yo saliera de aquí y me dijeran que tengo una casa nueva. Yo no pido más y, por supuesto, yo la pagaría. No estoy diciendo que me la regalen. Solo quiero volver a otra casa y empezar de nuevo porque volver allí es caer en una depresión”, dice.
Antes de eso, a José María le queda un nuevo reto que afrontar como es la intervención de mañana. “Me han informado que la operación tendrá una duración de una hora aproximadamente si no hay complicaciones”. “Mi médico quiere que siga aquí porque, tras la intervención, habrá que ver la evolución o si es necesario otra”. A eso se suma su problema de elefantiasis de la pierna que espera que también pueda solucionar y, cuando continúe su pérdida de peso, mucho más acelerada tras la operación de reducción de estómago, la piel sobrante que le quedará. “Es verdad que cuando era joven y perdí mucho peso no tuve problemas en la piel. Claro, tenía 20 años y pasé de 185 a 101 en quince meses”. La proporción ahora ha aumentado mucho y contempla que, además de una intervención para eliminar la piel sobrante, tendrá que ir al gimnasio.
Él no deja de recoger en vídeos y fotos para sus redes su proceso y, especialmente, su evolución en la movilidad. Ha servido de inspiración a muchas personas y hacer una vida normal es su objetivo, demostrando que sí se puede con esfuerzo y ayuda médica. “Quiero llegar a mi peso ideal que, según tengo entendido, son 87 kilos y entrar y salir como todo el mundo”. Pasear por la calle Real es uno de sus leit motiv, sacarse el carnet de conducir y ayudar a más gente que, como él, hayan pasado esa situación o que, por cualquier otro motivo, se encuentren solas.
Se disculpa porque en dos días estará incomunicado [el teléfono móvil es su conexión con el mundo] y asegura que en cuanto esté recuperado, avisará a todo el mundo para lo que vean salir del Hospital Puerta del Mar al que hace un año llegó en una situación in extremis tras ser evacuado de su casa en una complicada actuación gracias al equipo de 17 bomberos que intervinieron. “Todavía tengo que perder más peso, pero es que esto hace un año era impensable para mí”.
