Un menor de edad, entre los represaliados encontrados en el cementerio de Villamartín

El equipo técnico contratado por la Diputación de Cádiz ha emitido un segundo informe en el que anuncia la exhumación de 30 personas, presentando algunas signos evidentes de muerte violenta

Imagen de una de las fosas del cementerio de Villamartín.
Imagen de una de las fosas del cementerio de Villamartín.

Continúan los trabajos para recuperar los restos de personas represaliadas en el cementerio de Villamartín. El equipo técnico contratado por la Diputación de Cádiz ha emitido el segundo informe desde que comenzaron los trabajos a mediados de septiembre y anuncian que ya se han exhumado los restos de 30 personas y se han localizado las osamentas de otras ocho.

En esta ocasión se ha intervenido sobre los lechos de las fosas 1 y 2, recuperando todos los enterramientos colectivos existentes en estas zonas. También se ha avanzado en la búsqueda de represaliados en la fosa número 3, que ya fue localizada anteriormente, y se han delimitado la 4 y la 5.

Los expertos creen que estos enclaves podrían albergar "las primeras fosas abiertas tras el golpe de Estado de julio de 1936 en esta localidad de la Sierra de Cádiz". También hacen hincapié en que "los nuevos restos evidencian el ensañamiento con las víctimas a tenor de los múltiples signos de violencia que presentan".

Estos signos de muerte violenta se aprecian en 7 individuos, que muestran fracturas causadas por diversa balística y lesiones perimortem. Uno de los sujetos recuperados en la fosa 3 presenta hasta seis impactos de bala. Las osamentas revelan la juventud de los represaliados -la mayoría con edades comprendidas entre los 18 y los 30 años- y se ha localizado la presencia de un ejecutado menor de 18 años. Casi todas las personas, por el contexto de las fosas y la deposición de los cuerpos, tuvieron que ser asesinados en los primeros compases de la represión ejercida al amparo de los bandos de guerra (entre julio de 1936 y febrero de 1937), si bien se han encontrado los restos de un hombre cuya ejecución puede estar asociada a un Consejo de Guerra.

La dinámica del cementerio en las décadas siguientes, con enterramientos normalizados sobre las fosas, ha alterado el estado de diferentes restos, perdiéndose partes anatómicas que dificultan las indagaciones científicas. Sobre los restos recuperados se lleva a cabo un estudio antropológico, además de recopilarse diversos objetos personales: espejos, botones, hebillas, boquillas, mecheros, gemelos, monederos, incluso alguna goma de borrar y un sacapuntas. 

El equipo técnico, contratado por el Servicio de Memoria Histórica y Democrática de Diputación, también ha avanzado en la toma de muestras entre vecinos de Villamartín y de poblaciones limítrofes, al objeto de extraer su perfil genético y buscar si hay vínculo familiar con el ADN que se obtenga de los huesos procedentes de las fosas.

Sobre el autor:

Pablo Mata

P. M.

Periodista.

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