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Verdemar Ecologistas en Acción quiere hacer un llamamiento a la ciudadanía y a los medios de comunicación para efectuar campañas de sensibilización sobre los problemas que se provocan al arrojar a los inodoros las llamadas “toallitas húmedas” y para pedir a las administraciones que actúen ante este asunto dictando normas que eviten que este producto se etiquete como desechable y se indique en los envases que pueden ser arrojados al inodoro. En distintas barriadas de La Línea se pone de manifiesto este problema, ya que cada vez que caen cuatro gotas las cloacas entran en carga y las aguas fecales entran al río por los aliviaderos, explica la asociación ecologista.

La organización señala que las aguas, que además de llevar materia orgánica arrastran toda la suciedad que en las calles no fue recogida, arrastran los residuos sólidos que se arrojan al váter, especialmente y, por supuesto, toallitas. La mayoría de ellas van directamente al río para tapizar su fondo, otras quedan atrapadas durante el trayecto a las estaciones de depuración, evidenciando así las suciedades que la naturaleza no puede reciclar en un corto periodo de tiempo. "Lo más grave es que para estimular su consumo las diferentes empresas ofertan las toallitas WC que expresamente señalan que pueden tirarse al inodoro y son biodegradables", censura la organización.

Estas toallitas necesitan varios meses para degradarse, creándose acumulaciones tanto en las cañerías como en los ríos. Verdemar hace hincapié en los gastos económicos que supone los atascos por las toallitas. “El impacto negativo de este tipo de residuos sobre las infraestructuras de los servicios de agua urbana es una realidad en toda Europa. Arrojar las toallitas húmedas por el inodoro cuesta a los europeos entre 500 y 1.000 millones de euros al año, según datos de EurEau, la asociación continental que engloba a las empresas de abastecimiento y saneamiento", apunta la asociación.

Las toallitas húmedas y otros textiles suponen cerca de un 18% del coste adicional para las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR) de una ciudad de tamaño medio, esto suma aún más los gastos en todo el proceso de manipulación de las toallitas. Históricamente el principal problema de contaminación aportada en nuestros saneamientos públicos se deriva de los vertidos industriales. Pero cada vez con mayor frecuencia se encuentran más contaminantes ligados al consumo y prácticas asociadas al consumo doméstico y domiciliario. Muchos de estos contaminantes tienen poca capacidad para ser depurados en las EDAR convencionales, por eso Verdemar Ecologistas quiere poner en alerta a la población, medios de comunicación, administración y empresas para que se ponga remedio a un producto que está causando un grave impacto ambiental y económico.

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