Una veintena de jóvenes se reunió este martes con un propósito: recoger la suciedad que a pocos importaba en un espacio como Atlanterra (Tarifa), generado por los botellones de jóvenes que veranean en la zona. El punto que más sufre esta actividad callejera es una zona de obras por detrás del hotel Atlántico, con pocos vecinos cerca, aunque sí generan ruidos para el resto, con gritos de madrugada cuando cierran los locales a las dos de la mañana.
Así, Carmen Ruano, una chica madrileña de 23 años que veranea en Zahara de los Atunes (Barbate), junto a unos veinte jóvenes, se dedicó este martes a recoger la basura que se generaba en el entorno. "Llevamos toda la vida veraneando aquí, en mi caso, cada verano. Nos daba pena ver la zona así. Al final, estamos al lado del mar, y eran botellas sobre hierba seca, por lo que con el viento se podía generar un incendio".
Los chicos rondaban entre los 17 y los 26 años. "Es una zona en colina, cerca de la playa. Siempre decimos que eso hay que limpiarlo y al final comenzamos a mandarnos mensajes entre todos para arreglarlo". Sobre todo, encontraron "bolsas de plástico, botellas de cristal, y hasta sillas de playa, una alfombrilla de coche y compresas... La gente se queda hasta muy tarde y al final acaba yendo al baño entre los matorrales".
En esos matorrales se metieron ataviados con "guantes y mucha motivación". Barrieron la cuesta con escobas, porque justo en esa zona "ya ha habido cortes en los pies y no es que no puedan pasar coches, es que no podía ni pasar la gente". En dos horas les dio tiempo a recoger "unas 100 bolsas de basura grandes. El Ayuntamiento de Tarifa va a venir a recogerlas".
Carmen explica que "yo no he ido a estos botellones, quizás por mi personalidad, pero sí los hay sobre todo con 18 y 19 años que por culpa del covid no han podido tomar una copa en un bar... Tristemente, hacer botellón por la noche es lo que queda". La clave está en "que si ensucias, tienes que recoger luego. Hay formas y formas de salir. Si acabas una botella, la tiras luego a la papelera o te la llevas a casa para tirarla".
Dentro de ese batallón de limpieza, indica, "sí había algunos que han ido a esos botellones y ahora han querido ayudar a recoger. Si estuvieran los locales abiertos, creo que esto no pasaría. Y deberían poner más contenedores por la zona. Pero hay que ser responsable y hacerte cargo de lo que generas de suciedad, siempre. En la limpieza ha estado desde el que no ha ido hasta el que reconoce que si ha estado, ahora lo recoge. Hay que cuidar esta zona".
Rafael de la Peña es uno de los vecinos que ha sufrido estos botellones "cuando pasan por delante esas riadas de niños, que van chillando, gritando, buscando el sitio de las copas, y que vuelven peor de lo que van para allá. Nos preocupan los botellones y los bares hasta la bola también", dice este padre de un chico en esos rangos de edad. "Al final, se van donde tienen sitio para salir a hacer la botellona".