Immanuel, camarero de un chiringuito portuense que salvó una vida: "Actué bien, pero me eché a llorar luego"

Con estudios de socorrismo, el joven de 19 años pudo reanimar a un hombre de unos 70 que estaba inconsciente. La demora del equipo de salvamento suscita las críticas de Adelante El Puerto

Immanuel Zarola en la playa de Santa Catalina, donde le salvó la vida a un hombre inconsciente. FOTO: MANU GARCÍA
Immanuel Zarola en la playa de Santa Catalina, donde le salvó la vida a un hombre inconsciente. FOTO: MANU GARCÍA

Salvar una vida en el momento justo. Con tan solo 19 años, el portuense Immanuel Zarola Ortíz se ha visto en esta situación y ha logrado reanimar a un hombre de unos 70 años que estaba inconsciente en la playa de Santa Catalina, en el tramo de El Buzo. Todo sucedió el lunes al mediodía cuando el joven camarero del chiringuito de La Concha estaba repartiendo los desayunos. “Vino un hombre corriendo, preguntando por un socorrista, lo tiré todo al suelo y me fui corriendo a la arena” asegura Immanuel, que cuando llegó a la orilla se encontró que “el hombre estaba inconsciente, ahogado y no respiraba”.

Acto seguido, el joven le realizó el masaje cardiopulmonar (RCP) y tras 20 compresiones, el afectado expulsó el agua que había tragado y “pegó una bocanada de aire, luego lo coloqué en posición lateral de seguridad y el hombre siguió vomitando”, relata.

Y es que Immanuel posee el título de socorrista, sin embargo, al no haber encontrado trabajo para este verano, decidió entregar su currículum en el chiringuito. “Fue una casualidad, yo vengo a trabajar los fines de semana y ese era el primer día que trabajaba entre semana”, explica el joven, que estuvo tirándole pellizcos al hombre e incluso lo desplazó hasta la arena seca para que recuperase la consciencia. Al rescate, en el que no hizo falta aplicar el boca a boca, se sumaron dos enfermeras que le tomaron el pulso.

Immanuel, durante la entrevista en el establecimiento. FOTO: MANU GARCÍA

Los socorristas, el servicio de salvamento y la policía local no llegaron hasta 20 minutos después. “Estarían lejos del lugar, es muy raro, la verdad, venían andando y cuando me vieron con las enfermeras se quedaron al margen de la situación, no se acercaron a la víctima ni nada”, comenta Immanuel, que ya había trabajado en Aqualand y en una piscina privada, pero nunca había experimentado una situación de este tipo.

“En el momento tuve la mente fría” recuerda este vecino de la Vid con emoción, “fui del tirón, reaccioné bien, pero cuando ya vino la ambulancia y se lo llevaron me derrumbé y me eché a llorar por los nervios y la adrenalina que tenía dentro”.

Tras el accidente, el socorrista se desplazó a su casa a cambiarse de ropa y volvió al chiringuito, desde donde recibió una llamada de la mujer del afectado, en la que, agradecida, le comunicaba que su marido se encontraba en buen estado.

El azar y la implicación de este joven se unieron por una buena causa. Una hazaña heroica que ha desencadenado críticas a la situación de los socorristas en las playas de El Puerto.

Desde Adelante El Puerto denuncian que “el reducido número de socorristas contratados por el ayuntamiento imposibilita que lleguen a tiempo a este tipo de emergencias”. Por ello, el grupo municipal exige al equipo de gobierno el aumento de la plantilla de socorristas “de inmediato”. Además, reclama que “asegure para los próximos años una contratación mucho más temprana y extendida en el tiempo”.

“Hasta el día 13 de julio sólo hay 7 socorristas para cubrir los 16 kilómetros de playa de nuestra ciudad, repetir constantemente que El Puerto es seguro sin socorristas es mentir a la ciudadanía”, expresa el grupo municipal, que manifiesta que “una vez más la irresponsabilidad política es salvada por la ciudadanía”.

Sobre el autor:

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Patricia Merello

Titulada en Doble Grado en Periodismo y Comunicación audiovisual por la Universidad de Sevilla y máster en Periodismo Multimedia por la Universidad Complutense de Madrid. Mis primeras idas y venidas a la redacción comenzaron como becaria en el Diario de Cádiz. En Sevilla, fui redactora de la revista digital de la Fundación Audiovisual de Andalucía y en el blog de la ONGD Tetoca Actuar, mientras que en Madrid aprendí en el departamento de televisión de la Agencia EFE. Al regresar, hice piezas para Onda Cádiz, estuve en la Agencia EFE de Sevilla y elaboré algún que otro informativo en Radio Puerto. He publicado el libro de investigación 'La huella del esperanto en los medios periodísticos', tema que también he plasmado en una revista académica, en un reportaje multimedia y en un blog. 

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