Fernando Hermoso, de Casa Bigote, donde nunca estuvo Monedero: "Nos han bombardeado, sin comerlo ni beberlo"

Después de que muchos aseguraran falsamente que el suceso protagonizado por el fundador de Podemos tuvo lugar en el mítico establecimiento, algunos dejaron malas críticas al local sin haber estado nunca. "Aquí se trata igual al marinero que al presidente, y han venido todos en democracia"

Los hijos Fernando y César, junto al padre, Fernando Hermoso, en su restaurante Casa Bigote.
Los hijos Fernando y César, junto al padre, Fernando Hermoso, en su restaurante Casa Bigote.

Cuentan por la zona de La Jara, donde tuvo lugar aquel vídeo en el que varias personas increpaban al fundador de Podemos Juan Carlos Monedero en Sanlúcar, que nada más que se han dicho cosas inciertas. Que quien estuvo allí habla de que el político hizo un comentario a una de las personas con las que iba y que lo escuchó una mujer que se lo recriminó. Nada demostrado, alguien dijo que dijo. Mientras, alguien grababa algunos de los momentos del episodio y eso sí trascendió. A la mañana siguiente, miles, decenas de miles de personas, lo habían visto. En este clima político actual, no basta con verlo y miles opinaron. Otros quisieron tomarse una especie de justicia por su mano y llamaron al boicot al local, o incluso a Sanlúcar, o a la provincia de Cádiz.

Alguien, quién sabe quién, dijo que había sido en lo del Bigote. En realidad, en una peña con una barra en la zona de La Reyerta. Pero, claro, el teléfono escacharrado -en este caso, las redes- hizo pensar a algunos que había sido en Casa Bigote. Lo que pasa es que la persona que regenta el establecimiento es también conocido como El Bigote en esta zona que separa Sanlúcar y Chipiona, y también sería un afectado porque no debería responder por lo que hicieran otros clientes, en todo caso.

El alcalde de Sanlúcar, Víctor Mora, pidió perdón. Y eso que paradójicamente, para colmo, los hechos ocurrieron en término municipal de Chipiona, en el lado de la carretera que delimita ambas localidades. "Quienes salían en el vídeo sí son de Sanlúcar", cuenta un vecino de la zona. Pero Casa Bigote, el mítico templo del langostino, está a más de un cuarto de hora en coche y no tiene ninguna relación. La Peña de La Jara, a las afueras del pueblo. Y, sin embargo, el boicot a Casa Bigote ha generado una preocupación en una familia que ha resultado dañada en su prestigio.

"Sin comerlo ni beberlo nos han cargado la mala prensa. Me han bombardeado con insultos y amenazas", cuenta para lavozdelsur.es Fernando Hermoso, conocido como Fernando Bigote, de la familia fundadora del establecimiento. Él pertenece a la tercera generación. La mala suerte de que a aquel hombre de La Jara sea conocido como Bigote, como ellos. Casa Bigote fue fundado a inicio de los 50. Un local al que ir, sobre todo si se puede disfrutar de langostinos de mayor calidad, aunque de carta variada y vistas selectas. Clientela de todo tipo, muchas caras conocidas, especialmente en verano, con motivo de las carreras de caballos que este año no se celebran.

En el mundo de la hostelería sabe en este siglo que tiene que venderse y ganar prestigio en ciertas redes sociales, principalmente en las de reseña gastronómica. Las más importantes, las de Google y las de TripAdvisor. "Nos han dejado comentarios para intentan ensuciar nuestra imagen de gente que sin haber estado aquí nos han dejado malas críticas". Ahora, han conseguido gracias al equipo jurídico que las reseñas se cancelen. "Para que dejen de decir tonterías. Hemos conseguido que se tenga en cuenta lo gastronómico solamente. Lo que ha pasado no tiene nada que ver con nosotros, estaría bueno. Hay gente que se ha dedicado a ponernos vestidos de limpio, escondiéndose en un pseudónimo sin la valentía de informarse primero". Una vez que se ha aclarado que ni siquiera ocurrió en el restaurante Casa Bigote, algunos sí les han pedido disculpas, algo que agradecen.

"Un periódico de Barcelona incluso puso una foto de nuestra fachada, de nuestro azulejo", lamenta Fernando. Las redes sociales hoy en día tumban gobiernos. Aunque "tenemos una gran clientela, muy fiel. Hay más de 30.000 personas que nos han mostrado un apoyo después del comunicado que publicamos, ha llegado a mucha gente".

Para el propietario del histórico establecimiento, lo ocurrido en La Jara es algo "bochornoso. No tendría que haber pasado. La gente que se considere que se viste por lo pies... Debe respetar la diversidad en todo, sobre política, religión, lo que sea". Y subraya, sobre las posibles consecuencias para la marca como ciudad, que "ni es un bar, porque es una peña, ni es en Sanlúcar, porque esa parte ya es Chipiona", aunque incide en que lo subraya para dar cuenta de que "se están distorsionando mucho las cosas", como lo propio que ha supuesto que se ponga en duda el nombre de su restaurante.

De hecho, Hermoso anima a "Monedero, a todo el mundo, a que venga, porque aquí se trata a todo el mundo igual, sea del Gobierno, de la oposición o apolítico. Desde que mi padre se hizo cargo del restaurante, en el 69, aquí han venido a comer todos los presidentes del Gobierno de la democracia. Y no hay una foto en una pared, porque todo el mundo es igual y guardamos la intimidad. El que puede gastarse 100 euros en comer unos buenos langostinos y el marinero de aquí de siempre que come un pescaíto frito y un atún encebollao y se gasta 18 euros. Aquí a todos se les trata igual, damos el mejor trato posible y esto es una carta abierta".

Ahora espera que todo esto pase, en dos o tres días. Siente que si aquellos que han publicado cosas falsas actúan de buena fe, simplemente con la petición de rectificación será suficiente. Desea que esto pase. "Creo que el que no se haya enterado aún y piense que eso ocurrió aquí, se enterará pronto, en dos o tres días porque se está hablando", dice sobre que el desmentido haya tenido repercusión en las redes sociales. Quizás no tanta como el propio vídeo, que el domingo dio la vuelta al país.

Mientras, frente a las costas de Doñana, seguirá Casa Bigote, con los dos hermanos al frente, nietos del fundador, Fernando y César en sala y cocina, y el padre, Fernando, hijo de Fernando el fundador, también en cocina con tantos años a sus espaldas. "Aquí seguiremos al pie del cañón, trabajando codo con codo, los tres al cargo del negocio". Ahora solo falta que coma Monedero. Quizás en alguna ocasión. Y que lo haga tranquilo en este Casa Bigote.

 

Sobre el autor:

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Pablo Fdez. Quintanilla

Licenciado en Periodismo y Máster en Comunicación Institucional y Política por la Universidad de Sevilla. Comencé mi trayectoria periodística en cabeceras de Grupo Joly y he trabajado como responsable de contenidos y redes sociales en un departamento de marketing antes de volver a la prensa digital en lavozdelsur.es.

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