Las trabajadoras y trabajadores de la empresa Itelymp, encargada del servicio de limpieza en el campus de la Universidad de Cádiz (UCA) en Puerto Real, han iniciado un encierro de 24 horas como medida de protesta ante la negativa de la institución académica a introducir mejoras laborales en el nuevo pliego de condiciones. Este documento, que regula la adjudicación del servicio, ha sido impugnado, lo que ha incrementado el malestar entre la plantilla.
Desde CCOO del Hábitat de Cádiz se acusa directamente a la universidad de ser la “máxima responsable” de la situación, y de haber provocado con su “negligente actuación” que las trabajadoras se vean obligadas a tomar esta medida. El sindicato sostiene que el objetivo del encierro es “luchar por la dignificación del colectivo”, al que consideran históricamente infravalorado y sometido a un empeoramiento constante de sus condiciones laborales.
Sobrecarga de trabajo y falta de diálogo
La organización sindical asegura que la actitud “beligerante” de la UCA respecto al servicio de limpieza se ha intensificado en los últimos meses. Acusan a la universidad de mantener una postura de “cerrazón” al negarse a incluir ninguna mejora para las plantillas que desempeñan su labor en los distintos campus. Según denuncian, la institución “regula aspectos como la no sustitución de bajas o la reducción de horas de servicio”, lo que estaría provocando una sobrecarga de trabajo y un deterioro de la salud de las trabajadoras.
CCOO subraya que esta situación se arrastra desde hace años y que los sucesivos pliegos de licitación han ido “empeorando las condiciones” de un colectivo que sigue siendo tratado como “trabajadores de segunda”. El sindicato afirma además que la universidad ignora sistemáticamente a las representantes sindicales, rechazando las solicitudes de reunión que se le presentan y adoptando una actitud que “recuerda más a tiempos antaño y no a los actuales”.
El encierro de 24 horas en el campus de Puerto Real se plantea como el primer paso de una serie de movilizaciones que se extenderán a los campus de toda la provincia si no se produce un cambio en la postura de la UCA. La plantilla advierte que no piensa “volver al ostracismo en el que ha estado siempre” y asegura que continuará con las protestas “hasta las últimas consecuencias” si la universidad no atiende sus demandas.
