Un sonido imponente envuelve a Puerto Sherry un viernes cualquiera. Un ritmo marcado resuena frente al mar en este pueblo marinero donde un grupo de diez personas tienen “ganas de pasarlo bien”. Todas llevan amarrados a sus cinturas grandes tambores que retumban al aire libre. Podría formar parte de una banda que se prepara para una procesión, pero ni sus instrumentos ni su cometido se asemejan. Son la primera batucada nacida en El Puerto en pleno ensayo.
Una vez a la semana, personas de varias edades sacan su lado percusionista y se sumergen en la música afrobrasileña. Disfrutan aprendiendo a coordinar movimientos. La idea de crear la batucada Tucumpá surgió a finales de 2020 en un lugar donde, por entonces, hacía falta ruido para llamar la atención.
“Nos encontrábamos en una jornada reivindicativa en la puerta del Ayuntamiento para impedir la urbanización de Rancho Linares y pensamos que esto nos vendría fenomenal para hacernos más visibles”, explica Susana López, madrileña afincada en El Puerto desde hace 20 años que se sumó a la causa.
La iniciativa germinó en medio de una protesta para salvar este bosque autóctono rico en biodiversidad de las garras del ladrillo. Ese pulmón verde donde la empresa propietaria vierte residuos de todo tipo que son recogidos por asociaciones ecologistas y otros voluntarios.
Por entonces en la ciudad no existía ningún grupo de estas características y decidieron iniciar esta “aventura musical” cuyo primer reto fue reunir a personas interesadas. Después, había que buscar los instrumentos. “Los tambores que tenemos los hemos comprado haciendo un crowdfunding entre todos los que creían en este proyecto”, comenta.
Una vez que contaron con el equipo, con ilusión buscaron una persona experta que les pudiera enseñar los entresijos de la afropercusión y contactaron con Víctor Santamaría. Fue en octubre de 2021 cuando realizaron su primer taller con este percusionista afrobrasileño de Cádiz que se dedicaba a la formación. “Es uno de los mejores, tuvo la ardua tarea de iniciar a un grupo de personas en el que la mayoría no teníamos ni idea, nos tuvo que dejar porque le salió trabajo fuera”, dice Susana. Pero ha dejado un legado de conocimiento que ha permitido al grupo continuar.
"El objetivo es disfrutar de la música de manera compartida"
Acariciados por el sol, mientras unos juegan al padel, ellos se dejan llevar por el ritmo y se fijan en cada golpe a la membrana. Con el camino ya empezado y con las bases asentadas, en septiembre de 2022 optaron por constituirse como asociación cultural “con la intención de darle más visibilidad”.
De momento, han solicitado a la Delegación de Fiestas un local para guardar los tambores que, actualmente, los mantienen en sus casas. Desean que este proyecto colaborativo salga adelante guiado por un objetivo, “disfrutar de la música de manera compartida”.
Delante de las embarcaciones, tocan una fusión de la samba brasileña con el reggae jamaicano que invita a mover la cabeza. Además de gozar con este tipo de percusión, el grupo también desea participar en manifestaciones u otras citas.
“Nuestra intención es estar en eventos, la idea es ser un dinamizador cultural en la vida de El Puerto. Queremos acompañar en fiestas, carnavales, en el 8M, crear una comunidad alrededor de este tipo de música donde nos encontremos gente que disfrutemos juntos tocando los tambores”, sostiene el grupo, que también pretende ayudar a visibilizar eventos sociales.
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