Indignación en El Puerto por el deterioro de la única réplica navegable de la carabela La Niña, símbolo histórico y única de su tipo en España. Vecinos y colectivos llevan meses denunciando el deterioro de esta embarcación ubicada en la entrada de la ciudad, en la Glorieta de las Américas, junto al centro comercial Bahía Mar.
En los últimos días, Vox se ha sumado a las protestas sobre el estado de la que es considerada un elemento patrimonial de alto valor.
“La mejor réplica de la carabela Niña de Cristóbal Colón está abandonada”, señalaba la formación en redes sociales, recordando que “en cualquier ciudad estaría cuidada, puesta en valor e incluso integrada en un museo”. Sin embargo, en El Puerto, acusan, “Germán Beardo permite que se deteriore igual que ocurrió con el Vaporcito”. Su portavoz, Jose Antonio Gomila Ortega, exige al Ayuntamiento que proteja un patrimonio que pertenece a todos los portuenses.
Como recuerda el investigador Antonio García en su blog, esta carabela "no nació como escultura, sino como barco de verdad". Surgió a finales del siglo XX gracias a la iniciativa del profesor Luis M. Coín Cuenca, de la Escuela de Náutica de Cádiz. Fue construida por artesanos de carpintería de ribera y estudiantes de náutica en los astilleros de Barbate, empleando técnicas tradicionales de la costa atlántica andaluza. Además, su construcción estuvo vinculada al V Centenario del Descubrimiento de América y a la Expo 92 de Sevilla e incluso llegó a surcar los mares. Cruzó el Atlántico siguiendo la ruta original de 1492, para comprobar las condiciones de navegabilidad de una embarcación del siglo XV.
Después de una etapa como barco-museo, en 2005 se decidió trasladarla desde el muelle hasta la glorieta donde permanece desde entonces como monumento urbano. Según recoge el Ayuntamiento de El Puerto, varios operarios trabajaron desde las nueve de la noche, aproximadamente, en la colocación y preparación de los dispositivos que servirían de amarre de la embarcación a la plataforma que la trasladó hasta la rotonda, todo ello con la ayuda de dos grandes grúas. Los trabajos se prolongaron hasta bien entrada la madrugada debido a la compleja maniobra y al peso de la carabela, unas 60 toneladas.
En estado de deterioro
La madera y la pintura de esta réplica están dañadas. En 2015, el Ayuntamiento acometió una restauración del casco exterior, pero hoy, dos décadas después de su instalación, vuelve a requerir una intervención urgente de la carabela y de su entorno.
Muchos vecinos consideran que la réplica está descuidada y que daña la imagen de la entrada de la ciudad, con un gran volumen de tráfico diario.