Los vecinos y turistas que este verano se acercan a Las Murallas, El Aculadero o La Calita en El Puerto han tenido que enfrentarse a un problema que ya se repite demasiado: malos olores procedentes de aguas residuales que impregnan el aire, sobre todo cuando sopla el viento de poniente.
La situación no es nueva. Ecologistas en Acción denuncia que la EDAR Las Galeras, la estación depuradora que vierte directamente a la Bahía de Cádiz, sigue sin cumplir con los niveles legales de depuración, lo que se traduce en un impacto directo sobre el medio ambiente, la salud de las personas y, además, en la economía del municipio, altamente dependiente del turismo.
La organización ecologista subraya que el problema se ha agudizado en plena temporada alta turística, cuando miles de visitantes acuden a estas playas y a zonas cercanas como Puerto Sherry. El hedor, aseguran, procede del vertido sin la suficiente depuración.
Los datos oficiales recogidos por los ecologistas en una nota son contundentes. Según los informes de la Junta de Andalucía, las muestras de agua analizadas reflejan un incumplimiento generalizado de los valores máximos permitidos. En 2023, el 83% de las muestras superaron la DBO, el 78% la DQO y el 43% los sólidos en suspensión.
La situación no ha mejorado en 2024. Hasta ahora, el 77,27% de las muestras han rebasado la DBO, el 70,83% la DQO y el 45,83% los sólidos en suspensión. Un panorama que Ecologistas en Acción considera alarmante porque son precisamente estos parámetros los que determinan la presencia de materia orgánica en descomposición, causante directa de los malos olores.
“En estos dos últimos años, hay muestras que triplican la DQO y cuadruplican la DBO”, señalan desde el colectivo ecologista. Unos valores que, explican, suponen un incumplimiento flagrante de la normativa y que confirman la falta de depuración efectiva en la planta.
El problema no solo afecta a la calidad de las aguas. Para Ecologistas en Acción, también existe un evidente riesgo para la imagen de la ciudad. “Los vertidos suponen un daño directo al sector turístico, al que tanto le cuesta levantarse cada verano”, denuncian.
Ante la gravedad de los datos, los ecologistas advierten que harán públicas las analíticas de los vertidos de este verano en cuanto dispongan de ellas. “El Ayuntamiento no lo hará, como no lo ha hecho hasta ahora”, lamentan.
La gestión de la EDAR
La gestión de la EDAR recae en la empresa Aqualia, concesionaria del servicio desde hace más de tres décadas. Según denuncian, durante este tiempo “nunca ha conseguido que la planta funcione correctamente”, pese a que ha cobrado millones de euros a través del recibo del agua que pagan los vecinos de El Puerto.
El colectivo acusa al área de Medio Ambiente, bajo la dirección de Jesús Garay, de mirar hacia otro lado. Señalan que existe un inspector del contrato que nunca ha advertido incumplimientos, incluso cuando las analíticas de la Junta mostraban datos preocupantes.
Durante muchos años, ese cargo lo ocupó Antonio Caraballo, hoy coordinador general del Ayuntamiento. Ecologistas en Acción le reprocha haber firmado informes favorables a Aqualia mientras declaraba desconocer que la Junta analizaba de manera periódica las aguas vertidas por Las Galeras.
El contrato de concesión incluye un régimen sancionador para casos de incumplimiento, pero según denuncian, Aqualia goza de una impunidad total. Ni se han aplicado sanciones ni se han tomado medidas correctivas a pesar de los reiterados fallos.
La presión vecinal y de colectivos ambientales aumenta mientras los responsables políticos, aseguran, siguen sin actuar. “Si no lo hacen por sensibilidad ambiental ni por obligación legal, al menos deberían reaccionar por el enorme daño que se está causando al turismo y a la imagen de El Puerto”, critican.
Mientras tanto, los bañistas siguen sufriendo los efectos de un hedor persistente en playas que deberían ser un reclamo para el municipio y que se han convertido en un símbolo de la dejadez institucional.
Apemsa responde
La empresa municipal Apemsa ha respondido a las críticas. Asegura que la depuración "cumple con los requisitos de calidad que exige la normativa y no existen riesgos medioambientales ni para la salud de las personas".
Según explica la compañía, la EDAR Las Galeras funciona bajo los parámetros que marca el Real Decreto 509/1996, que establece valores máximos de 25 mg/l para la DBO5 y de 125 mg/l para la DQO, además de fijar porcentajes mínimos de eliminación de contaminantes en el agua residual.
De acuerdo con la normativa, la depuración puede considerarse conforme “por parámetro” si los valores medidos en el agua depurada están por debajo de los máximos de referencia, o bien “por rendimiento” si se elimina el porcentaje que establece la ley.
Apemsa recuerda que, cada año, presenta ante la Consejería de Medio Ambiente una Declaración de Vertidos, donde se incluyen los análisis de entrada y salida del agua de la EDAR, con más de 365 controles anuales realizados en su propio laboratorio.
A esos datos se suman los análisis que lleva a cabo un laboratorio acreditado por la propia Consejería —24 pruebas al año—, así como los controles del medio receptor del vertido. Además, la empresa insiste en que realiza sus propias analíticas internas, sin previo aviso y de manera continua.
La entidad subraya un aspecto clave: la ausencia de expedientes sancionadores por parte de la Consejería de Medio Ambiente respecto al tratamiento de las aguas residuales urbanas. Para la empresa municipal, esto demuestra que no hay incumplimiento en la depuración.
Además, la Consejería de Salud controla periódicamente la calidad del agua de baño en las playas del municipio. Según la empresa, estos análisis confirman que se cumplen los parámetros de calidad exigidos, lo que descarta riesgos sanitarios.
Pese a ello, desde Apemsa reconocen que “no todo está resuelto” en el ámbito de la depuración. La entidad reclama a las administraciones y a las entidades gestoras que doten al municipio de mejoras tecnológicas e instalaciones renovadas, necesarias para afrontar una normativa cada vez más exigente.
En este contexto se sitúa el Proyecto de Mejora de Agrupación de Vertidos y EDAR de El Puerto, impulsado por la Junta de Andalucía. Esta iniciativa busca una actualización tecnológica que permita incorporar procesos más avanzados, como la eliminación de nitrógeno y fósforo presentes en el agua residual.
Mientras tanto, asegura que sigue invirtiendo de forma continua para mantener la máxima eficiencia en los procesos actuales, tanto en la recogida como en la depuración de aguas.
La empresa también pone en valor que la EDAR Las Galeras, en servicio desde hace más de 30 años, fue diseñada con instalaciones de tratamiento secundario y cuenta con autorización de vertido de la Junta de Andalucía.
Esa autorización establece valores máximos permitidos para parámetros como DBO, DQO o sólidos en suspensión, siempre y cuando se cumplan las condiciones fijadas en la normativa vigente.
Desde la empresa municipal insisten en que trabajan “día a día” para asegurar el cumplimiento de todos los requisitos medioambientales que se exigen en el vertido de aguas depuradas.
Por ello, la entidad ha querido tranquilizar a los vecinos y visitantes del municipio, a quienes anima a informarse de la realidad de la depuración a través de datos oficiales y no de informaciones “alarmantes” que puedan llevar a conclusiones erróneas.
