Puertas atascadas, sin aire acondicionado, rampas que no funcionan, timbres estropeados y averías. Esta larga lista de inconvenientes describe la situación que sufren los autobuses urbanos de El Puerto. Desde hace cinco años, el Ayuntamiento mantiene el contrato en precario, algo que afecta a los 70 trabajadores de UTE Transporte Urbano El Puerto, empresa encargada del servicio. Una problemática similar a la de otros puntos de la provincia como Jerez o Cádiz.
Esta situación provoca retrasos en los pagos de las nóminas. “El Ayuntamiento paga a año vencido, por liquidación. Es decir, termina el año, y paga. Entonces a nosotros nos pagan también más tarde. Ese no es nuestro problema”, explica Francisco Javier Fernández, presidente del comité de empresa. Este conductor jerezano que lleva 24 años circulando por el municipio, asegura que “estamos a agosto y todavía el Ayuntamiento no le ha pagado el año pasado”. Ya en mayo estuvieron a punto de secundar una huelga durante la Feria de El Puerto, sin embargo, el día antes de su velada, empresa y Ayuntamiento llegaron a un acuerdo. “Se supone que se va a cumplir cuando salga el pliego de condiciones, a principios de otoño, y se supone que entonces, ya se podrían pedir autobuses nuevos”, comenta Francisco Javier.
Mientras tanto, cerca de veinte vehículos de las siete líneas circulan a diario por la ciudad estos meses de verano en unas condiciones pésimas. “Si a la empresa no se le paga como se debe y no tiene recursos, tampoco puede arreglar los autobuses. La empresa no quiere gastar dinero porque, evidentemente, si no tiene contrato, no puede renovar la flota”, manifiesta Agustín Garzón, conductor desde hace más de 26 años.

Este portuense denuncia que no hay vehículos de repuesto cuando se detectan las averías. “Si el vehículo puede continuar, reparte a la gente y cuando se queda vacío, va al garaje. Y si no puede continuar, pues nada, tiene que parar y los mecánicos lo arreglan como buenamente pueden”, explica.
Según trasladan, algunas rampas no funcionan, otras se pueden sacar manualmente y otras, directamente, son inservibles. “Si te toca la rampa que no funciona, tienes que dejar a esa persona sin montar, y lo mismo no le sienta bien y se forma una confrontación, pero qué le hacemos”, comenta.
El conductor también comparte que hay compañeros que se han bajado para montar la silla de ruedas en peso, y algunos han llegado a lesionarse por hacerlo. Además, sostienen que El Puerto no está del todo habilitado para el uso de estas rampas porque hay paradas en las que no pueden sacarlas y hay que bajar a los usuarios antes.
“Nosotros sufrimos esta situación. El día a día nuestro es pelearnos, entre comillas, con los usuarios. Si el autobús no tiene aire, se quejan al chófer”, expresa. “Cuando le pase algo a alguien, la culpa va a ser del chófer, que es el responsable de todas las personas que van en el autobús”, lamenta.
Manuel Enrique López, conductor veterano, con 38 años de experiencia, ya ha sido testigo de afecciones por la temperatura. Explica que los días de calor, sin aire acondicionado, ha vivido situaciones tensas. “Hay personas a las que incluso les ha dado una lipotimia en el autobús”, dice este portuense que hace hincapié en que la flota está obsoleta. “Gracias a los mecánicos salen los servicios, si no, imposible”, añade.
Los conductores muestran su preocupación por tener que circular en este estado. “Nosotros nos estamos arriesgando porque llevamos a personas”, dice Agustín que asegura que su rutina consiste en “sufrir con la gente”.

No solo afecta a los conductores, mecánicos u oficinistas de la empresa, sino también a los usuarios y usuarias, que alzan la voz continuamente en redes sociales y en los propios trayectos. Yolanda es una vecina portuense que se desplaza en autobús a su trabajo por comodidad. Ha presenciado todo tipo de incidencias durante los viajes.
“Ayer me monté en uno que lo llevaba una conductora. El autobús iba dando trompicones, teníamos que agarrarnos aunque fuésemos sentados. Unos chavales empezaron a hacer comentarios machistas y a decir que la culpa no era del autobús sino de ella. Ella lo escuchó y se defendió. Nos explicó que caja de cambios del autobús estaba hecha una mierda y que tenían que estar trabajando con los motores fatales”, relata.
La vecina menciona algunos de los problemas que ha visto. “Los pulsadores para solicitar parada están descolgados y algunos están pegados con cinta aislante. También he visto como el chófer ha tenido que sacar la rampa manualmente”, sostiene.
Yolanda tiene que llevar un abanico para poder soportar el calor concentrado en el interior. “Los conductores están trabajando en precariedad y la gente raja muchísimo. Están deseando de bajarse en sus paradas porque no se puede estar dentro del autobús”, añade.
Este medio se ha puesto en contacto con la empresa para recabar su versión, remitiendo en todo momento a lo que diga el área de transporte del Ayuntamiento portuense.
La oposición hace ruido
Adelante El Puerto ha lanzado este mismo viernes la campaña Un autobús por derecho, una iniciativa con la que denuncia el “grave deterioro” del transporte urbano en la ciudad y propone medidas “claras, urgentes y viables”. El grupo alerta de la falta de conductores y personal de mantenimiento, lo que achacan a las precarias condiciones laborales, y critica la reducción de las líneas que conectan con las playas justo en temporada alta.
La formación denuncia que algunos autobuses y conductores del transporte público están siendo utilizados como lanzaderas hacia eventos privados, como los chiringuitos de Puerto Sherry, lo que consideran una muestra de que se está priorizando el “turismo de borrachera” frente a las necesidades diarias de la ciudadanía.
Frente a esta situación, apuestan por la municipalización del servicio. “Un transporte que funciona no puede estar al servicio del beneficio privado, sino del derecho colectivo a moverse dignamente por la ciudad”, afirman. Y lanzan una crítica directa: “No es razonable que la empresa concesionaria reciba por contrato una serie de beneficios económicos cuando presta un servicio que no está a la altura”. La campaña irá acompañada de una recogida de firmas en barrios, centros de salud, zonas comerciales y espacios públicos.
Germán Beardo se reúne con los trabajadores
El alcalde de El Puerto, junto al teniente de alcalde de Desarrollo Sostenible, Jesús Garay, ha mantenido este viernes un encuentro clave con el comité de empresa del servicio de autobuses urbanos. La reunión forma parte de la fase previa al nuevo contrato de transporte público que será licitado en otoño, con el objetivo de dar un vuelco profundo a un sistema que, según reconocen desde el propio Ayuntamiento, lleva años arrastrando carencias en su funcionamiento y gestión.
El Gobierno local asegura que esta reunión se enmarca en una hoja de ruta decidida para transformar un servicio esencial. De este diálogo han salido los principales ejes sobre los que se asentará el futuro contrato, con un mensaje claro: apostar por una movilidad moderna, accesible y respetuosa con el medio ambiente. Beardo ha sido contundente al respecto: “Sabemos que el servicio actual presenta carencias evidentes y estamos trabajando con responsabilidad, planificación y diálogo para que el nuevo contrato suponga un punto de inflexión”.
Entre las medidas acordadas destaca la renovación total de la flota de autobuses, incorporando vehículos más modernos, accesibles y menos contaminantes. En línea con las directrices europeas, se contempla la incorporación de unidades de bajas o cero emisiones. Además, el plan incluye mejoras en las instalaciones, como cocheras y talleres, lo que permitirá mejorar tanto la operatividad del servicio como las condiciones laborales de los trabajadores.
Otro de los pilares será la revisión de rutas, frecuencias y conexiones, con la intención de ampliar la cobertura territorial, reducir tiempos de espera y conectar mejor los barrios con zonas estratégicas: centros educativos, sanitarios, deportivos y comerciales. Todo ello se definirá con la participación activa de los empleados y teniendo en cuenta las demandas vecinales. Para hacerlo posible, el presupuesto del contrato aumentará en al menos un millón de euros respecto a la última licitación.
Jesús Garay ha explicado que este futuro contrato se diseña “con una visión estratégica a largo plazo”, buscando no solo mejorar la experiencia del usuario, sino también reducir la huella de carbono y hacer la ciudad más habitable. Desde el Gobierno local también han agradecido la colaboración activa del comité de empresa, con quien aseguran mantener una interlocución “fluida y constructiva”.
Este ambicioso proyecto encaja dentro de los planes municipales de sostenibilidad y desarrollo urbano. Con el Plan de Ajuste ya eliminado y la deuda histórica saldada, Beardo afirma que ahora sí se pueden hacer inversiones reales que transformen la ciudad. “Cumplimos nuestro compromiso de renovar todos los servicios públicos durante este mandato”, asegura el Ayuntamiento.


