El sueño del sur de Thomas, un alemán en El Palmar: "Es como vivir en un anuncio"

Montó hace diez años un 'surfcamp' en Vejer donde recibe principalmente a visitantes de su país. Ahora, la entrada es con PCR previa, para estancias de varias semanas y pidiendo que no tengan contacto. "Estos tiempos son una lotería". Alaba el cumplimiento de la gente en España, "está más organizado que en Alemania"

Thomas Mayer, en su casa de El Palmar, antes de la entrevista.
Thomas Mayer, en su casa de El Palmar, antes de la entrevista. JUAN CARLOS TORO

Thomas Mayer pisó Tarifa por primera vez hace 35 años, en 1985. Conoció a un australiano que le enseñó a surfear. En esas fechas "fue la primera vez que vi El Palmar", cuando visitó Vejer, rememora. A Thomas le va el Sur. Es del Sur de Alemania, de una ciudad pequeña que sitúa entre Munich y Salzburgo, Siegsdorf. Ahora vive en él. Regenta La Luz Surfcamp, un lugar que reúne alojamiento y clases de surf, especialmente entre compatriotas. El cierre no ha evitado que mantenga abiertas las puertas de la que es su casa para estos visitantes de larga temporada, porque tener un techo es esencial. "Es una burbuja". Deja entrar con PCR previa y pide a las personas alojadas que reserven por varias semanas e intenten no mezclarse para evitar contagios.

Así llega un alemán a El Palmar

"Creo que es la imagen de playa, es cool, el sol, que el deporte es bueno para el cuerpo... En Alemania, muchas empresas utilizan el surf para sus campañas de publicidad, es venir a vivir los anuncios". Un país sin mar que "no tiene olas pero sí miles de surfistas", explica.

"Un amigo empezó con un surfcamp en Francia y le funcionaba. En Portugal y Marruecos hay miles. Aquí había menos", explica. En 2010 puso en marcha ese sueño, su negocio para dar un vuelvo a todo. Entonces tenía 48 años. Hoy, 58. Muchos años de surcar olas después de montarse en un avión fueron suficientes.

"Los alemanes son palos de fregona. Por eso contrato españoles"

En estos años ha visto cambiar la zona, que ha sufrido un auténtico boom intensificado a medida que pasaba lo peor de la crisis económica. "Crece mucho el deporte. Antes veías la playa vacía y ahora a 400 haciendo surf", indica. 

Luego llegaría Monica, que comenzó como amiga "que sabía más de hoteles que yo y me ayudó", para "luego casarnos". Su futuro ya pasa por Vejer. "El plan es trabajar más aquí", y que sea su último trabajo.

Un verano lejos de El Palmar

El plan del surfcamp es trabajar todo el año excepto en verano. Como buena parte de su clientela procede de Alemania, y existe un grupo de personas que buscan en los meses más fríos el más cálido invierno del Sur de Europa, el plan ha ido funcionado con clientes que teletrabajan o guardaban sus vacaciones. Este marzo tenía que hacer un viaje a Alemania para operar a su perra, también nórdica, una enorme husky que olfatea las manos de los visitantes. Entonces ocurrió todo.

"Mirábamos las noticias, pero nada", recuerda. China quedaba lejos de Alemania y de Vejer. "Queríamos volver el 12 de marzo pero me llamaron nuestros trabajadores para decirnos que la hostelería estaba cerrando, y que había que cerrar". Finalmente, tuvo que dar unos días de margen dentro ya del estado de alarma a sus huéspedes para que pudieran volver a sus paises. Apenas cuatro dáis más. Thomas y Monica no llegaron a venir a Vejer. 

"No hay que hacer marketing porque El Palmar es único. No hace falta"

Sus trabajadores son españoles. "Es el feeling de la gente aquí". El turismo activo, explica, no cabe bien en las figuras de los ERTE. Han pasado de 12 ó 16 trabajadores de temperada alta a unos cinco. "Los alemanes son palos de fregona, siempre he querido que sean españoles, es gente muy buena". El verano, como estaba previsto, tampoco abrió. Pero volvieron las olas después, en octubre. Las malas. Las del covid

Por eso, gracias a un crowdfunding lanzado entre sus clientes habituales le ha permitido conseguir el pulmón financiero necesario para aguantar. Porque sus clientes están enamorados de El Palmar. La filosofía de Thomas es que "no hay que hacer marketing, porque El Palmar es único. Lo dicen nuestros clientes", y de ahí que ese crowdfunding haya sido un éito. "No tengo que venderlo, pero no el surfcamp, no, es el pueblo, el paisaje... No se parece a Portugal ni a Marruecos", donde existe toda una industria dedicada al surf.

La experiencia burbuja

El cliente que se queda en Vejer es el que viene para semanas. Thomas parte de la base de que "no veo mucha gente que no sea responsable. España lo ha hecho mejor organizado que Alemania, que tampoco pueden pararlo, porque nadie puede, ni siquiera Israel". Las cifras estas semanas previas han sido peores que las españolas y confinamientos generalizados más duros que las restricciones actuales, aunque allí parten con la ventaja de las ayudas directas a comercios y hostelería, y la economía del país no es tan dependiente de ese sector terciario.

"Ahora mismo tenemos tres clientes de largo plazo. En noviembre nos enfocamos a los que venían a teletrabajar. Hacemos un precio más barato a los que están porque se quedan para dos meses. No me gusta traer gente con mucho movimiento en estos tiempos raros", explica Thomas.

"Veamos cuánto de rápidos son los alemanes con la vacuna. Van más lentos que España" 

"Pedimos PCR, y pedimos que no se mezclen, que no vayan a bares, son como familia. No puedes obligarles, pero tienen responsabilidad. Son personas de 35 a 40 años. Hacen deporte, comen con nosotros, tienen una vida buena, tienen su cocinero y no se preocupan. Buscan trabajar en la playa y surfear antes de volver a casa". Señala, así, que "no es un turismo normal".

Una de las reservas típicas de este surfcamp es "un grupo de ocho médicos franceses que vienen cada febrero, pero este año, con la situación en Vejer, vamos a cancelarlo". En realidad, explica, no es que quieran escapar de la situación de Alemania de confinamiento, con ese sector terciario cerrado desde antes de Navidad. "Lo que escapan es del invierno".

El futuro

Resuelto en parte el horizonte a corto plazo gracias a los clientes que no pueden venir pero que no quieren perder ese rincón, las cosas siguen cambiando. Ofrece cancelar sin gasto, por ejemplo. Tiene reservas para "Semana Santa, y para mayo. Veamos qué rápidos son los alemanes con las vacunas. Van más lentos que en España". En cualquier caso "la temporada no va a ser normal, pero sí espero estar al 60% de lo que había antes. Nadie lo sabe. Esto es una lotería". A él, desde su casa, en El Palmar, no ha hecho falta que le toque. Ha puesto en marcha ese sueño, eso que muchos dicen que harían allá en el Norte. Thomas sí. Y su sueño estaba en Cádiz.

Sobre el autor:

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Pablo Fdez. Quintanilla

Licenciado en Periodismo y Máster en Comunicación Institucional y Política por la Universidad de Sevilla. Comencé mi trayectoria periodística en cabeceras de Grupo Joly y he trabajado como responsable de contenidos y redes sociales en un departamento de marketing antes de volver a la prensa digital en lavozdelsur.es.

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