Dos Reyes y un buque escuela

Felipe VI y Juan Carlos visitan por primera vez juntos la provincia han visitado ante el 90 crucero de instrucción del ‘Elcano’.

Un joven Príncipe de Asturias de 19 años posa vestido de guardiamarina, flanqueado por sus padres los Reyes y sus dos hermanas. Corre el año 1987 y los medios congregados pueden fotografiar a Don Felipe a punto de zarpar desde Cádiz, como ya hizo su padre, en un crucero de instrucción del buque escuela Juan Sebastián de Elcano. Tres décadas después —con más de un sobresalto y una abdicación de por medio—, Felipe VI y Juan Carlos I, hijo y padre, han podido repetir la misma instantánea en el mismo bergantín-goleta, pero por distintos motivos.

La múltiple causalidad ha merecido el reencuentro de los ahora rey Felipe VI y monarca emérito Juan Carlos I abordo del Elcano, en el Arsenal de la Carraca de San Fernando. Tras una importante restauración, el bergantín-goleta de la Armada Española está a punto de arrancar el que será su 90 crucero de instrucción para guardiamarinas, justo el mismo viaje que ambos reyes ya realizaron en 1987 y 1958, respectivamente. Pero el número redondo también ha servido para la celebración de uno de los primeros actos oficiales con motivo del V Centenario de la primera vuelta al Mundo, realizada por la expedición de Magallanes y Elcano, de 1519 a 1522.

El calor del sol de febrero se ha antojado escaso en una mañana racheada por vientos del norte. Pero el frío no ha sido excusa para poner cortapisas a toda la ceremoniosidad y boato que se le presuponía al que ha sido el primer acto conjunto de Don Felipe y Don Juan Carlos como reyes en la provincia. Al mediodía, el rey Felipe VI embarcaba al Elcano con la mayor parte de sus 150 marineros subidos a las jarcias (cables que soportan los palos de la embarcación) y velas. De fondo, el Himno de España y 21 salvas de cañón. Tras el rey, le ha seguido Juan Carlos I que, con la ayuda de una muleta y su propio hijo, ha accedido a la cubierta del buque.Allí pocos nombres faltaban de la plana mayor de la Armada. Además de la propia ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, aguardaban el almirante de la Flota, Juan Rodríguez Garat, y el almirante jefe del Estado Mayor de la Armada, Teodoro López Calderón. El actual capitán del buque escuela, Ignacio Paz, hacía de anfitrión en un acto que ha contado con 23 de sus predecesores (de los 27 que siguen vivos). Para todos ellos, ambos monarcas han destinado saludos en un encuentro más visual que informativo y que solo ha contado con la intervención del capitán de navío Paz.

Don Felipe y Don Juan Carlos han firmado en el libro de honor, saludado a buena parte de los 194 miembros de la tripulación y han presidido el izado de un gallardete especial. De hecho, el Elcano realizará su 90 crucero de instrucción con esta enseña de color rojo y con tres ‘C’ impresas que pretende recordar los cinco siglos de la primera circunnavegación a la tierra, realizada por el navegante que justo le da nombre al buque.  

“Os traerá a la memoria vuestras millas de navegación vividas en vuestra etapa”, ha reconocido el propio Paz, dirigiéndose a los monarcas poco después del izado. El militar se refería a los regalos que recibieron los Borbón de parte de todos los componentes de la dotación del barco: dos chiflas (pequeñas flautas que se usan para dar órdenes en el mar). Ambas piezas estaban guardadas en el interior de cajas realizadas con la madera retirada en la intensa restauración que ha experimentado el bergantín-goleta. Será el próximo 11 de febrero cuando el Juan Sebastián de Elcano parta desde el puerto de Cádiz para recorrer 11 puertos hasta el próximo 11 de agosto. A bordo viajarán 21 oficiales, 21 suboficiales, 150 marineros y dos maestros oficiales que emplearán la oportunidad con fines formativos. Navegación, Astronomía, Meteorología o Seguridad son algunas de las asignaturas que recibirán en su instrucción práctica los guardiamarinas de cuarto curso de la Escuela Naval Militar, a quienes está enfocado especialmente el viaje. En esta ocasión, el crucero llegará a Suramérica y pasará el Cabo de Hornos, en total 20.000 millas de navegación.

Menos millas viajaron los Reyes durante sus respectivos viajes, ambos iniciados en el puerto de Cádiz. Juan Carlos I, en 1958, visitó siete puertos en el XXX crucero de instrucción cuando todavía no se había restablecido la Monarquía en España. En 1987, casi tres décadas después, Felipe VI embarcó también en Cádiz para visitar otros siete puertos. Otras tres décadas después, ambos han coincidido por primera vez como Reyes en los prolegómenos de un nuevo viaje del buque de instrucción. También ha supuesto uno de los primeros actos oficiales presidido por ambos, tras el 50 cumpleaños de Felipe VI y el 80 aniversario de Juan Carlos I.

Además del 90 crucero de instrucción del buque entregado a la Armada en 1928 y el V Centenario, la visita real ha servido para inaugurar la intensa restauración que los astilleros de Navantia han realizado en el Elcano. A lo largo de cinco meses, la sede de San Fernando de los Astilleros ha actuado sobre la cámara de máquinas, las habitaciones, los tanques de gasóleo y agua dulce, el casco y las cubiertas. En los trabajos han participado más de 20 empresas y unos 300 especialistas de los astilleros gaditanos. Su esfuerzo ha servido “para garantizar la operatividad del buque”, tal y como ha especificado en un comunicado los jefes de Proyecto, Miguel Ángel Brenes, y de buque, Miguel Ángel León Espresati. El acto celebrado este viernes supone el pistoletazo de salida oficial de los actos que conmemorarán el quinto centenario de la primera circunnavegación de los navegantes Fernando de Magallanes y Juan Sebastián de Elcano. Desde Sanlúcar, el viaje arrancó en 1519 y terminó tres años después.  Además de la propia ciudad, el rey Felipe VI ya ha mostrado su interés en festejar la gesta. Por ello, tanto él como Doña Letizia ya presidieron la reunión con la que se constituyó la Comisión Nacional para la conmemoración de los 500 Años de la Primera Vuelta al Mundo. Ahora, con este acto en el Elcano, se celebran los previos de un aniversario que deberá vivir su punto álgido a partir del próximo año.