La Policía Local de Tarifa se ha topado este fin de semana con dos conductores que se han negado a someterse al test de alcoholemia pese a presentar síntomas evidentes de ingesta de alcohol.
Según cuenta el Cuerpo en sus redes sociales, la primera persona que se opuso fue una mujer a la que se le dio el alto tras observar que conducía reclinada sobre el salpicadero sin campo de visión en la calzada.
La otra persona ebria se negó a soplar reiteradas veces e interrumpió la prueba. Los agentes han detenido a estas personas que no colaboraron en ningún momento y cometieron delitos contra la seguridad.
La Policía ha recordado que aquellas personas que se niegan a hacer el control de alcoholemia cometen dos delitos distintos: uno de desobediencia por negarse a realizar las pruebas de alcoholemia, y otro de conducción bajo el efecto de bebidas alcohólicas.
"Moraleja, mejor no te niegues y con suerte, si das por debajo de 0,60 mgr, se quedará en una infracción administrativa", comentan los agentes.
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