Cierra Yoko en Barbate, recomendado por Guía Michelin y con un Sol de Repsol, por "desgaste" del chef Álvaro Rivera

Este domingo dio sus últimas comidas en su establecimiento cerca de la playa del Carmen. Se unen un problema entre la temporalidad de clientela y la captación de talentos

Álvaro Rivera, chef de Yoko.
01 de septiembre de 2025 a las 20:07h

El restaurante Yoko en Barbate sirvió este domingo 31 de agosto sus últimos platos de atún. Ubicado cerca de la Playa del Carmen y del restaurante El Campero, el establecimiento, del chef Álvaro Rivera Malia, dice adiós para siempre cuando aún no ha acabado ni siquiera la teórica temporada veraniega.

Las razones las da el propio Rivera a lavozdelsur.es: "Desgaste continuo", resume. Porque hay una doble faceta en este negocio, la de creador, por un lado, y la de empresario, por otro. Y esto segundo es lo que ha terminado de matar al proyecto, que tiene un sol de la Guía Repsol y un Bib Gourmand de la Guía Michelin.

Rivera explica que no encuentra el personal con el que sacar adelante el proyecto. Y parte de un problema: no hay público de 12 meses para la cocina que quiere hacer. Por tanto, lo habitual era que Yoko abriera en marzo o abril y cerrara cuando llegaba el frío. De esta forma siempre ha sido rentable. "Pero tenía gente buena a la que tenía que decirle que volvíamos en seis meses y ellos no podían, claro".

Así, ha tenido que tirar de personas que compartieran vitalmente esta temporalidad en el empleo, lo cual hacía inviable el restaurante. "Yo formo todos los años y cuando vi que el año que viene había que empezar de cero, he dicho que ya no puedo más". 

En este tiempo, ha sufrido problemas como "falta de profesionalidad, personas que llegan tarde, que no están cualificado, que ponen excusas". Personal que quiere trabajar solo para un tiempo y no ha vivido "la disciplina dentro de la cocina o de la sala".

Hay que entender que este proyecto buscaba progresar, mejorar cada día en la cocina. "El trabajador trabaja por un sueldo, pero tú trabajas por algo que él no entiende", que es la excelencia en la cocina. Los que sí daban este perfil querían contratos largos, y los que solo quieren trabajara para unos meses, en temporada, como ocurre con muchos empleados en el sector a lo largo de la costa gaditana, no alcanzaban ese nivel de excelencia. "Estoy en un momento de vida que no quería esto, pero no quiero echar la culpa a nadie. Estoy en otro momento".

Ahora, se plantea una reapertura con otro concepto. Ha tenido "ofertas de otros sitios" donde quizás sí podría trabajar todo el año, pero por ahora quiere "descansar" y quizás plantearse un proyecto nuevo con una barra mucho más pequeña donde prácticamente solo pueda salir adelante haciendo lo que quiere. "Somos muchos los que creo que vamos a acabar haciendo eso", remacha.

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Pablo Fdez. Quintanilla

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