Tres internos han muerto en la prisión de Botafuegos, en Algeciras, por sobredosis en menos de un mes, un hecho que ha encendido las alarmas en el sistema penitenciario. El último de los casos se produjo esta mañana antes del recuento matinal, cuando un preso halló sin vida a su compañero de celda y dio la voz de alarma. Los funcionarios solo pudieron certificar el fallecimiento. Según relató el sobreviviente, ambos habían consumido sustancias tóxicas la misma noche del suceso.
El interno fallecido acumulaba un amplio historial penitenciario y antecedentes de politoxicomanía, con pasos previos por los centros de Puerto III y Algeciras. Su muerte ha reavivado las críticas sobre la falta de control en el ingreso y consumo de drogas en las cárceles, un problema que, según el sindicato Acaip-UGT en Algeciras, está costando demasiadas vidas.
A las tres muertes también hay que añadir un alto número de pacientes que han tenido que ser atendidos en la enfermería de la prisión por urgencias graves relacionadas con el consumo de papelillos impregnados con sustancias tóxicas.
La denuncia sindical por el consumo de drogas
El sindicato Acaip-UGT ha advertido de que no existen soluciones integrales ante un fenómeno que califican de “alarmante”. En un comunicado, instaron a una respuesta coordinada entre la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, las consejerías de Salud y las diputaciones para cortar el flujo de drogas en los centros penitenciarios. Entre sus propuestas figura el traslado de presos responsables de introducir y distribuir estupefacientes. “Introducir tóxicos en las prisiones tiene consecuencias gravísimas: altera el orden regimental y, sobre todo, pone en riesgo la vida de los internos”, alertaron.
Horas después del último fallecimiento, la tensión se trasladó al mismo módulo, donde estalló una riña entre reclusos. El altercado terminó con un preso trasladado a otro departamento y con un funcionario lesionado que necesitó asistencia hospitalaria, reflejo de la creciente conflictividad que genera el tráfico de drogas en prisión.
Tres muertes en menos de treinta días
El caso se suma a otras dos muertes recientes en Botafuegos. El primero, identificado con las iniciales C.S.D., sufrió un colapso irreversible en la enfermería pese a los intentos de reanimación, después de que presentara síntomas graves. Ese mismo día, otros tres internos necesitaron atención médica por consumo de tóxicos, aunque lograron sobrevivir.
El segundo fallecimiento tuvo lugar pocos días después, también durante el recuento matinal. En esa ocasión, un funcionario encontró el cuerpo sin vida de un recluso de 32 años, que llevaba apenas cuatro meses en el centro. Su compañero de celda explicó que habían consumido cigarrillos preparados con drogas y fármacos no prescritos. Tres muertes en un plazo tan corto han convertido a Botafuegos en epicentro de la preocupación por el avance del consumo de estupefacientes en las prisiones españolas.




